A principios del año pasado la NASA había anunciado el descubrimiento de más de 700 cuerpos celestes fuera del Sistema Solar gracias a la información valiosa que ha dado el poderoso telescopio espacial Kepler.
Pero ninguno tenía un tamaño similar al planeta donde vivimos.
El telescopio ha permitido a los científicos el uso de nuevas técnicas para el análisis de datos astronómicos.
El descubrimiento de este nuevo planeta forma parte del avistamiento de otros 11 pequeños cuerpos celestes adicionales que están en zonas habitables de sistemas solares, lo que significa que pueden albergar vida.