No es casual que Potosí, otrora principal centro de explotación de plata para la riqueza española (Europa), luche una vez más por el cumplimiento de promesas de mega obras: la construcción de un aeropuerto, fábrica de cemento, hospital de 3° Nivel, etc., pero -olvidando la historia- el Poder lo discrimina. Con esto, entre otros, al ciudadano de a pie seguramente se le desmoronan las imágenes grandilocuentes ofrecidas por el MAS. Las “inversiones”: satélites, teleféricos, aviones privados, palacio (para Evo) o “casa del pueblo” y empresas estatales que terminan en “bol”, etc., es más, esta desidia y la abulia del Gobierno, en algunos casos, motivan “exabruptos”: hace poco la ministra Paco ante el problema de salud -sin respeto a los bolivianos- expresó: una cancha es un hospital preventivo y recordó la frase: “mente sana en cuerpo sano”, casi igual -o peor- que la frase del dictador Hugo Banzer: “la paz es necesaria, pero la paz de los cementerios”. Cuando se goza de las mieles del poder es fácil decir cualquiera cosa.
Se estima que el Plan Maestro Metropolitano La Paz- El Alto requerirá de $ 1.000 MM. La ministra Alexandra Moreira dice que se iniciara con $ 292 MM. La empresa Nacional Quipus “invirtió $ 9,7 MM (en su última factoría), su stock es de 5.000 notebooks y 23.000 tabletas, se estima comercializar 15.000 unidades en julio, cuando en junio -se dice- vendieron 40 unidades. García Linera en las efemérides paceñas estimó (ofreció) obras cuya suma es de $ 3.236 MM. El ministro Alberto Sánchez estima que la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) invertirá $ 420 MM para generar la termoeléctrica del Sur. La empresa Estatal por Cable Mi Teleférico en sus tres líneas costará $ 234.680. MM; Vladimir Sánchez (ex ministro de Obras Publicas) garantizó una “ganancia” de $ 700 MM en 40 años de vida. El satélite Túpac Katari costó $ 300 MM, pero Bolivia continúa con una “Brecha digital” que genera desigualdad en el acceso a los servicios de comunicación.
En consecuencia, hay una confusión entre las inversiones, las estimaciones y el gasto. Una inversión que no genera beneficio directo e inmediato para el pueblo, es gasto.
Comcipo está como “presa” entre las inversiones, estimaciones y los gastos, que sustenta el argumento (político) del Gobierno. El 7 de lulio Juan Ramón Quintana sostiene que más del 95% de los 26 puntos demandados por Comcipo están en ejecución. De inmediato es negado por el secretario General, Miguel Elías. ¿Quién miente? En un momento de lucidez, el senador del MAS Pedro Montes ensaya una propuesta: verificar in situ (en el lugar) el avance de las obras a las que se refiere Quintana.
¿Dónde está el problema cuando Comcipo propone: 1) transmisión del dialogo en directo por medios estatales y privados; 2) cantidad irrestricta de delegados y profesionales; 3) diálogo por tiempo y materia; 4) la presencia de Evo Morales en la suscripción de los contratos? En mi criterio, en el punto 2, se debe determinar el número de participantes para no desvirtuar el dialogo. El ministro Quintana aduce que el mandatario está exento de firmar acuerdos. Falso, los puntos 8) Dictar decretos supremos y resoluciones y 9. (…) decretar su inversión por intermedio del Ministerio del ramo, de acuerdo con las leyes y con estricta sujeción al Presupuesto General del Estado, lo habilitan para firmar acuerdos. Es inadmisible que Evo Morales no haya interpretado el sentimiento de los potosinos de a pie que reclaman inversiones productivas –no gastos- que generen trabajo.
El autor es Director del Centro de Investigación, Servicios Educativos y de Comunicación (CISEC).
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