La Armada Boliviana, por la responsabilidad y confianza que la Patria le ha otorgado para sentar dominio en sus sistemas fluviales y lacustres, hasta tanto logremos alcanzar salida soberana al océano Pacífico, también tiene la suprema responsabilidad de sentar dominio en sus áreas soberanas y estratégicas de salida al océano Atlántico que se encuentran en la Hidrovía Paraguay-Paraná (HPP), aunque éstas sean de reducido tamaño territorial.
Pasadas gestiones de gobierno, lamentablemente, no le han dado importancia ni apoyo a la Armada Boliviana para aprovechar oportunidades navegables en nuestro sub-sistema amazónico para alcanzar mercados exteriores y menos en la HPP que, en el Tratado de la Cuenca del Plata, ocupa preeminencias programáticas, en tanto que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se benefician con significativos aportes del Fondo Financiero de la Cuenca del Plata, así como del IRSA y del Mercosur.
En el momento, las instalaciones portuarias y de equipamiento por parte de Bolivia tienen alarmante precariedad y descuido en ese sub-sistema fluvial desde el Canal Tamengo hasta su acceso al Puerto de Nueva Palmira en el Uruguay.
No se puede seguir desconociendo que la Armada Boliviana es una Fuerza Militar generadora de planes y proyectos para que Bolivia tenga ventajas comparativas en la HPP. Ahí están los estudios sobre estadísticas fluviales como caudales, evaporación, precipitaciones, temperaturas, escurrimiento y otros balances hídricos que en la HPP realiza el Servicio de Hidrografía Naval. Hay una indiferencia alarmante ante la capacidad que tiene la Marina mercante en cuanto al registro de empresas que hacen uso de esa vía fluvial, de embarcaciones y su equipamiento, inspecciones técnicas periódicas que hagan de la navegación en ese modo de transporte una actividad segura y confiable.
En lo que se refiere a la Empresa Naviera Boliviana (Enabol), existe el proyecto de Empujadores Fluviales Multipropósito para la conformación de una flota fluvial propia del Estado boliviano para que opere con cinco convoyes de barcazas, dado que en la actualidad son los otros países miembros del Acuerdo los que explotan con exclusividad la navegación en esta vía, en perjuicio de los intereses nacionales. Por tal motivo, el presidente Evo Morales dictó el Decreto Supremo Nº 0098, mediante el cual se otorgaba a Enabol $us. 30.000.000.
Lamentablemente, en febrero de 2011, el ejecutivo de Enabol, poniendo en juego la dignidad y el honor militar, así como su compromiso con la Patria, firmó el Protocolo de Entrega y Recepción de empujadores y barcazas con la empresa coreana Seak ByK Duck, que de empresa sólo tenía el nombre, ya que no se había identificado su registro legal, su residencia fija, su capacidad financiera ni su experiencia en la fabricación, por lo cual, hasta la fecha, no aparecen ni las barcazas ni los remolcadores y esto, debido a las licencias que otorgan esas nefastas normativas de contratos y compras directas recientemente instituidas, cuando con carácter previo debió convocarse a licitación pública internacional.
Este acto de gestión pública con características de escándalo, fue denunciado por el matutino EL DIARIO de fecha 2/6/2015, motivo por el cual el ministro de Defensa, Dr. Reymi Ferreira, rectificó el anuncio de que el caso sería archivado y, por el contrario, se formaría una comisión en la que estaría incluido el Dr. Héctor Arce, Procurador General del Estado, para negociar con los gobiernos de Corea y de China Popular, donde supuestamente estarían las barcazas y el remolcador y en el más breve plazo buscar otras alternativas.
El escandaloso fraude citado anteriormente, de ninguna manera debe constituir un obstáculo para rectificar ese error y menos si se trata de sentar soberanía en áreas territoriales que se constituyen en instrumentos poderosos para fortalecer los altos intereses nacionales.
En la actualidad, en la HPP no hay vehículos de transporte fluvial con bandera boliviana, poniendo en una situación difícil y desventajosa a las importaciones y exportaciones nacionales, ya que cada flota fluvial da prioridad a la carga de su respectivo país. De otra parte, por la indiferencia del Estado boliviano se está dando una extraña reglamentación por parte de los otros países del tratado para contratar personal de su propia nacionalidad y no boliviano en embarcaciones que recorren la HPP hasta su arribo al Atlántico. Se da lugar a la aplicación de otras medidas contrarias a nuestros derechos en esa vía fluvial, para salir al Atlántico y ganar prósperos mercados del exterior.
La presencia de la Armada Boliviana y de una flota fluvial propia del Estado boliviano, ni duda cabe que contribuirá a la economía nacional mediante el cobro de fletes y divisas. Permitirá el establecimiento de estructuras portuarias para el crecimiento de nuestro comercio exterior y para eso están las ventajas que se puede obtener del Fondo Financiero de la Cuenca del Plata, del IRSA o de otras inversiones externas mediante el sistema compartido del “joint venture”.
Corresponde al Comando en Jefe de las FFAA la responsabilidad de proponer al Gobierno fortalecer a la Armada Boliviana en la HPP, por cuanto ello significa defender áreas territoriales con soberanía nacional.
Es de responsabilidad del actual Gobierno poner en mesa este proyecto que el presidente Morales ha impulsado desde su inicio.
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