¿Qué es no, para un político griego?

Domingos atrás, Alexis Tsipras, Primer Ministro de Grecia, convocó a un referéndum con el objeto, supuestamente, de consultar al pueblo griego sobre si estaba o no de acuerdo con las condiciones exigidas por los negociadores europeos, para aprobar un tercer rescate económico de su país. Pese al triunfó del “no”, señal de la oposición ciudadana a dichas condiciones y pretendido “espaldarazo” a Tsipras, éste no tuvo más remedio que aceptar prácticamente todas las imposiciones que, según algunos economistas, son aún más duras que las ofrecidas antes de la votación.

Esto lleva a preguntarse: ¿para qué se convocó a la consulta si se sabía, se presume, que las condiciones no iban a variar y que era definitiva su aplicación? ¿Fue un engaño o una burla? ¿Una broma? Es sabido que ciertos políticos no vacilan en emplear cualquier recurso, a fin de alcanzar su objetivo, aunque en este caso, quedó en duda cuál pudo haber sido.

Tsipras y sus partidarios culpan al FMI y a algunos gobiernos europeos, entre ellos al alemán, por la dureza de las condiciones e insisten en que la receta, resumida en más austeridad, no resultó antes y tampoco lo haría en el futuro. Centran su crítica en los factores externos, pero nada dicen de los internos que, desde el punto de vista de quienes cuestionan su administración económica, son las causas reales que llevaron al país a su actual situación, causas que además reflejan falta de honestidad en las autoridades responsables.

Diversas publicaciones refieren que el Gobierno griego, para que su país pudiese incorporarse al Euro, presentó información económica falsa y que esa ha sido una constante durante los pasados años; citan que la corrupción reinante desvía una considerable cantidad de recursos y que la defraudación y las exenciones fiscales privan de montos significativos de dinero al Estado, sumándose a esto una larga lista de oficios que permiten una jubilación temprana, entre éstos, el de los peluqueros, así como una extrema ineficiencia funcionaria. En fin, que la mala administración económica es la que llevó al país a la situación en que se encuentra.

Se dice que Grecia podría abandonar el Euro por las dificultades que le presenta para implementar reformas monetarias; cabe preguntarse, ¿serán estas medidas las adecuadas y suficientes para resolver su problema?

Una cosa es evidente y debe servir de enseñanza para los políticos, cualquiera sea su ideología, que estén tentados de administrar una economía enfatizando en la búsqueda de simpatías y apoyos, por sobre la racionalidad: no se puede gastar más de lo que se tiene. Raúl Castro lo dijo con algunas variantes: “Hay que planificar bien, pues no podemos gastar más de lo que tenemos” (discurso ante la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, 24 de febrero de 2008).

Mientras, los ciudadanos no olvidemos que las canciones de sirenas son sólo ilusiones y por tanto no son confiables.