La muerte atroz de un bebé palestino que fue quemado vivo por colonos israelíes en Cisjordania desató el repudio de autoridades de España, el Líbano, Estados Unidos, Palestina, Egipto, Alemania, la Unión Europea y Rusia, que condenaron el “acto terrorista”, como lo llamó el Gobierno de Israel.
En el incendio, que tuvo lugar en la localidad de Duma, cerca de la ciudad cisjordana de Nablus, resultaron gravemente heridos tres miembros de su familia, incluidos sus padres y su hermano de cuatro años, todos ellos trasladados a hospitales de la zona.