Según un medio escrito de Santa Cruz, los juristas Gary Prado Araúz y Otto Ritter Méndez aseguran que las revelaciones de Ocampo en la semana son la muestra palpable de que fue el mismo Gobierno el que armó el caso Rózsa con fines políticos.
Uno de los ejemplos es el hecho que el excapitán y ahora mayor, Wálter Andrade, fue agente encubierto del Gobierno en el grupo irregular de Eduardo Rózsa.
Los abogados indican que la figura del policía infiltrado es ilegal, porque según la ley solo se puede aplicar en asuntos vinculados al narcotráfico.
“Era uno más del grupo de Rózsa”, afirmó Prado Araúz en referencia a Andrade, quien fue sindicado incluso de ser uno de los autores de poner la bomba a la casa del cardenal Julio Terrazas en el año 2009.
Tanto Prado como Ritter sostienen que también se evidencian los vínculos cercanos del testigo con los fiscales desde el inicio de la investigación.