Los pueblos de Moxos y su epopeya

Las 13 mil leguas cuadradas de territorio, en las que se extiende la vasta moxitania y donde desde la prehistoria conviven 35 etnias, constituyen con sus grandes brazos fluviales y sus infinitas selvas y pampas, hábitat de los moxos y jurisdicción territorial de tres departamentos orientales: Beni, Santa Cruz y Pando y parcialidades de otros vecinos. En una hoya amazónica de tres colosos: el Iténez, Mamoré y Beni, abren los caminos hacia el azul Atlántico, a través del oquedal milenario más esplendoroso del planeta y escenario de un proceso histórico de proyecciones vastas, como importantes y singulares del Nuevo Mundo.

Los moxos son originarios de la raza arawak y tupi guaraní, reconocidos desde los siglos XVI, XVII y XVIII, por exploradores como Alcides D’ Orbigny, Tadeo Haencke, Paul Rivet, J. Chávez Suárez, Arturo Posnansky, Gabriel René Moreno, Hernando Sanabria Fernández, Kenneth Lee, Roger Becerra Casanovas y otros.

Estos pueblos en julio celebran sus aniversarios fundacionales; Magdalena de los itonamas, capital de la provincia Iténez; San Ignacio de Moxos, capital de la provincia Moxos, y Santa Ana, capital de la provincia Yacuma; y por su importancia económica, para Bolivia y el Beni, ¡Villa Bella!, la aduana de Vaca Diez. ¡Sí!, son los pueblos antiguos de Moxos, flor de comarcas y leyendas, que tuvieron sus ¡chopes piestas! Es la alegría y epinicios que el viento trae desde la profunda tierra camba de tres nobles provincias canichana mojenas que celebraron sus aniversarios.

El 28 de julio de 1723 el padre jesuita Gabriel Ruiz funda Magdalena, capital de Iténez, con las etnias: Mayaguey, Miaup, Cuataya, y Moslovaca. Santa Ana, capital de la provincia Yacuma, fue fundada el 26 de julio de 1717 por el padre Fco. Durkheim. San Ignacio de Moxos, fundada por los padres Francisco de Orellana y Juan de Espejo en 1689, el primero de noviembre; pero celebra su fiesta el 31 de julio, fecha que evoca la muerte de San Ignacio de Loyola, su patrono. En igual ocasión, en Santa Cruz celebran también la fiesta, pero es de San Ignacio de Velasco, provincia fundada en 1748. En Magdalena, de ese mestizaje descendió la gallarda expresión somática y genética del camba, que se enriqueció con la cuota europea.

¡Camba!, otrora su origen fue Paraguay, era denostativo, llegó con la hueste que trajo Ñuflo de Chávez, hoy es una lisonja semántica y orgullo del hombre de los llanos. ¡La aduana! de Villa Bella, en Vaca Diez, recaudadora de impuestos a las exportaciones de goma y castaña (1846). Era la fuente de dineros para el erario nacional, ¡sueldos y obligaciones!

En sincretismo las novedades religiosas y tradiciones en estas misiones, inspiradas por los padres, fueron creadoras del desarrollo socio cultural de esta etapa misional que duró casi un siglo (1767). El barroco mojeño en la música, pintura, escultura y arquitectura, sigue hoy siendo admirado dentro del país y en el exterior. El colorido, las coreografías y simbolismos, junto a la belleza de su paisaje humano, gracia, valor e inteligencia de hombres, mujeres y niños, permitieron que Unesco proclame a San Ignacio de Moxos ¡“Patrimonio Cultural e inmaterial de Bolivia”! Hay un futuro esplendoroso en el poder de sus potencialidades. ¡Felicidades!