Opositores piden nueva votación
Río de Janeiro.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, advirtió ayer que nadie puede quitarle a su mandato la legitimidad que recibió en las urnas en octubre pasado, en aparente respuesta a las peticiones de sectores opositores de que Brasil celebre nuevas elecciones para superar su actual crisis.
“Nadie va a quitarme la legitimidad que el voto me dio”, aseguró la jefe de Estado en un pronunciamiento que hizo en la ciudad de Boa Vista durante un acto de entrega de viviendas para personas de escasos recursos.
La advertencia fue hecha en medio de la grave crisis política y económica que vive Brasil y que llevó al vicepresidente brasileño, Michel Temer, a defender la unión de partidos políticos, empresarios y sociedad civil en un pacto por la gobernabilidad.
Igualmente fue hecha un día después que los dos partidos laboristas de Brasil anunciaron su salida de la base que apoya al Gobierno de Rousseff en el Congreso y de la divulgación de un sondeo que mostró que el apoyo a la mandataria cayó al 8% de la población, su mínimo histórico, y su reprobación saltó al 71%.
Algunos parlamentarios de la oposición aseguran que la crisis tan sólo se superará con una nueva votación presidencial y alegan que la debilidad de Rousseff obedece a que tan sólo venció las elecciones de octubre pasado por tres puntos porcentuales de diferencia.
“Yo respeto la democracia de mi país y sé lo que es vivir en una dictadura. Por eso respeto la democracia y el voto. Y pueden estar seguros de que, además de respetar, honraré el voto que me dieron”, afirmó la mandataria en su pronunciamiento. (EFE)
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