La noticia de perfil
Al haber concluido los actos sobresalientes del programa de festejos por un nuevo aniversario de nuestra independencia patria, mi corresponsal periodística retornó a sus labores específicas con la satisfacción del deber cumplido y, sobre todo, por haber sido testigo de todas y cada una de las actuaciones que cumplió muy cerca del primer actor a quien sólo le faltaron las patillas, el uniforme de guerra y una espada vencedora para ser un Bolívar redivivo.
La cholita cochabambina se hallaba tan emocionada, luego de haber sido testigo de los festejos patrios más importantes, que me abrazó y besó (castamente) varias veces, cual si yo hubiera sido el organizador de los festejos, aclarándole que yo no participé en ninguno, habiéndome limitado a esperar los despachos principales que ella envió desde Trinidad, la capital beniana y desde Sucre, capital que el Presidente convirtió en un nuevo Campo de Marte.
Tratando de poner orden en la descripción de mi comadritay, le pedí que me relatara el acto organizado por la Universidad del Beni para honrar a Evo, nombrándole Doctor Honoris Causa.
Macacha se emocionó al evocar dicha actuación, confesándome que ella había derramado lágrimas de emoción cuando el expastorcillo de Orinoca (Oruro) recibía tal honor académico, vistiendo el birrete y la toga académicas, mientras el vicepresidente García Linera se moría de envidia al pensar en que él había leído veinte mil libros más y no había sido honrado académicamente cual le correspondía. Debo aclarar que solamente mi comadre Macacha percibió esa injusticia de la vida.
La periodista cochabambina nacida en Quillacollo me pidió que no olvidase que ella me hizo conocer primicialmente el texto del discurso-mensaje del presidente Evo a la nación y que publiqué hace unos días, recordando a mis lectores que efectivamente, Evo se refirió a él como autor del viaje del Papa Francisco a Bolivia y del espaldarazo papal a nuestra demanda marítima y que estábamos a un poco de reconquistar el mar. Acerca del discurso presidencial, la cholita me dijo en la oreja (para que nadie se enterase) que nuestro Presidente Vitalicio tiene dificultades para leer citas numéricas que pasan de las cuatro cifras, pero como nuestro pueblo es inteligente, no hace caso a dichas citas numéricas, sobre todo cuando algún orador improvisado le habla de “ingresos en bruto”, algo que nuestro pueblo sencillo no entiende.
Al final de su emocionada descripción de los sucesos en Trinidad, Macacha me describió la Parada Militar realizada en la capital histórica de Bolivia, la bella ciudad de Sucre, donde se emocionó al apreciar el “paso de parada” y de las armas que exhibieron nuestros bravos soldados, a cuyo paso, mi representante periodística se deshizo en elogios y aplausos, aunque la cholita y la mayoría de nuestros cholitos no sabemos de armamento moderno. Me apresuré a decir a mi reportera que las fiestas ya concluyeron, pero la cholita me tapó la boca para decirme que ahora comienzan nuestros preparativos para bailar y festejar a la Virgencita de Urkupiña, lo cual quiere decir que de unos festejos pasaremos a otros. Y así, de fiesta en fiesta, Evo nos seguirá gobernando hasta que festejemos el Segundo Centenario de Bolivia.
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