El juicio de Salomón

Salomón, hijo del rey David y de Betsabé su esposa, fue el tercer y último rey de todo Israel, incluyendo el reino de Judá. Construyó el Templo de Jerusalén y el palacio del Líbano.

Según la Biblia se le considera el hombre más sabio que ha existido en su tiempo. Se le atribuye la autoría del Cantar de los Cantares y también del libro de los Proverbios.

Heredó un inmenso imperio conquistado por su padre el rey David que se extendía desde el Nilo, en Egipto, hasta el río Éufrates, en Meso-potamia. Tenía una gran riqueza y sabiduría y se cita como ejemplo el llamado juicio de Salo-món.

Cierto día, dos mujeres que se disputaban por la tenencia de un niño, acudieron a la sabiduría del rey Salomón, la primera decía ser la madre del niño, la segunda también alegaba ser la verdadera madre y se entabló una fuerte disputa.

El rey, luego de escuchar los argumentos de ambas mujeres, dictó su famosa sentencia: Bueno, ya que ambas dicen ser la madre, se partirá al niño en dos y se dará a cada una la mitad. Una de ellas, respondió en el acto: ¡Si! Si no puede ser mío, que no sea de nadie. En cambio, la madre verdadera, se abalanzó sobre el guardia que estaba a punto de ejecutar la orden, suplicando: ¡No! Que se lo den a ella, pero no le quiten la vida.

Salomón tomó al niño y lo entregó a su madre, mandando castigar a la mujer mentirosa.