“Violencia en Bolivia está naturalizada”

La inadecuada acción de la justicia para sancionar los delitos, sumado a una presencia cultural de la violencia, son los condimentos para que la sociedad actual vea las acciones violentas con naturalidad y no se conmueva ante la ola de acontecimientos, porque está “anestesiada”, sostuvo la antropóloga e investigadora Claudia Vincenty.

La profesional dijo que esa conclusión la asumió a partir de la experiencia recogida como parte del equipo de trabajo en Ciencia Forense, realizado en el Instituto de Investigaciones de la Carrera de Antropología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde desarrollaron toda una investigación a partir de las publicaciones en los periódicos llamados “de crónica roja” de donde surgió el libro Realidades Invisibles: Tras la pista de los asesinos seriales en Bolivia. Afirmó que estos medios lo único que hacen es el relativo seguimiento de los casos sobre violencia y delitos.

“Era un tema que si bien aparecían en los medios cotidianamente o estaban presentes, no estaban en la conciencia de las personas. En esa medida al no haber conciencia esta parecía ausente”, afirmó.

Destacó que este trabajo en Ciencia Forense demuestra cómo todas las ciencias son factibles de convertirse en forenses en cuanto hay un peritaje científico respecto de la prueba necesaria y que no siempre se hace en laboratorio donde hay pipetas o microscopios.

En este caso las Ciencias Sociales tienen sus propios métodos para trabajar y por ello resultó del intercambio de métodos de la Antropología y Comunicación Social para realizar la investigación que duró tres años, hasta encontrar lo serial y visibilizar estos comportamientos en Bolivia.

RESULTADOS

Según la investigadora uno de los primeros resultados “escalofriantes” es la naturalización de la violencia que se refleja en lo “natural” que parece para la gente ver estos hechos vistos en la prensa “de tal forma que ya no llama la atención, es cotidiano y es normal (...) la capacidad de asombro ya se agotó, nos ha anestesiado de la crueldad de la violencia de los demás”.

Luego afirmó que esto puede ser resultado de que no haya un castigo social y los hechos siguen escalando, sin que esto sorprenda.

“Que la justicia no funciona en Bolivia es otro elemento porque los juicios no son acelerados y todavía es un problema serio”, afirmó.

“Tenemos como introyectado un accionar que se convierte en violencia y por eso no creo que tengamos cultura de paz y menos cultura de derechos humanos, porque no sólo los derechos hay que aprenderlos sino a ejercerlos. Todos los días dejamos que nuestros derechos se vulneren”, dijo.

VIOLENCIA

Como investigadora, dijo que de principio hay que diferenciar dos aspectos: uno el delito común en el que puede incurrir una persona como a quien le hallaron en su maletín a su víctima en pedazos, a eso se suma que no se lo conoce a profundidad al presunto autor porque ya se lo condenó.

El otro problema que llama la atención es la violencia de género contra las mujeres, donde ocho de cada diez sufre violencia y en el mismo seno del hogar.

“Las mujeres nos callamos y no hablamos porque está naturalizada (...) Nada justifica la violencia. Está en la ley pero no en nuestras conciencias, seguimos ejerciendo violencia contra las mujeres”, sostuvo al reconocer que este tema ha sido visibilizado en los últimos años.

Finalmente, sostuvo que visibilizar la violencia debe darse desde el cambio de actitud y conducta que debe haber en el conjunto de la sociedad. “El discurso es una cosa y la práctica es otra y estamos lejos de alcanzar el tema de equidad en tema de violencia o de resolver esta temática de la manera más soportable”.