El reto que tiene Bolivia es industrializar los minerales que produce. Las opciones están abiertas tanto para el sector público como privado, porque tienen la capacidad económica necesaria para ello. Falta examinar las perspectivas del país y luego tomar decisiones.
El sector público puede emprender la tarea con fondos fiscales, mientras que el privado puede hacerlo a través de empresas privadas o holdings, es decir conjunto de empresas, de manera que cuenten con la suficiente capacidad profesional y financiera para emprendimientos mayores.
VALOR AGREGADO
Más del 80 por ciento de la exportación de minerales está por debajo del nivel cero del valor agregado, según estimaciones del experto, Héctor Córdova, expresidente de Comibol y actual analista de la Fundación Jubileo. "De todos nuestros minerales, estimo que más del 80% vendemos como concentrados y menos del 20% como metálico", expresó a la agencia de noticias ANF.
Expuso que la adición de valor es la industrialización. Se tienen algunas plantas "en el sector privado que fabrican soldadura de estaño y otros avances interesantes, pero es necesario producir metales y luego industrializarlos", añadió el experto.
VULNERABILIDAD
Destacó que por esta situación de rezago, el país recibe sólo la mitad del valor real de los minerales en el mercado internacional, lo que "nos hace vulnerables a la variación de los precios internacionales".
"Si tenemos estaño y cobre, hagamos bronces, bujes, engranajes, papel estañado, soldadura, que son productos de la mayor demanda en el mundo", opinó.
De acuerdo con estudios realizados por el Centro de Economía de la Cámara de Industrias, Comercio y Turismo (Cainco), de Santa Cruz (ver EL DIARIO 11/6/15), Bolivia está por debajo de la media regional de la tasa de industrialización. En términos concretos, se encuentra en rezago. Por consiguiente, es superfluo hablar de otorgar valor agregado a la producción nacional cuando no se hace nada para que esto ocurra.
MATERIAS PRIMAS
Hasta ahora, el país está limitado a la producción y exportación de materias primas en bruto, cuando lo lógico es que en vez de ello los produzca e industrialice dentro del territorio nacional, de manera de mejor considerablemente los réditos de un proceso de esta naturaleza.
En este orden, es indispensable remarcar que Bolivia mantiene el mismo grado de industrialización que alcanzó en los años 70, el 18%, según refirió el experto Pablo Mendieta, integrante de Cainco. Incluso, observando el comportamiento estadístico del PIB (Producto Interno Bruto), en el capítulo de industrialización, en 1970 se produjo ya un descenso de dos puntos, con respecto a años anteriores.
PROPORCIONES
En términos más específicos, en Bolivia existen el 4,7% de las empresas manufactureras por cada 100.000 habitantes. Está demás señalar que la industria moviliza al conjunto de la economía de un país. Activa al sistema financiero, crea puestos de trabajo, eleva la demanda e incluso puede incursionar en la exportación de los diversos productos que pueden elaborarse con el estaño, zinc, plomo, cobre, antimonio, bismuto y otros.
Mendieta considera que si el país responde al desafío que tiene, de industrializarse, al año 2025 debería elevarse esta área, vital para el desarrollo y progreso de los seres humanos, al 30 por ciento, respecto al 18% de los años 70.
En esta página se informa sobre los diversos productos que pueden ser industrializados con los principales minerales que explota el país.
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