Brasil vive malestar por la crisis económica y los escándalos de corrupción que salen a luz a diario. Esta situación se plasmó ayer, domingo, por tercera vez este año, en las calles de un centenar de ciudades brasileñas.
Miles de ciudadanos de las clases medias, en su mayoría vestidos de verde y amarillo, salieron a la calle para protestar contra el gobierno de Dilma Rousseff y su formación, el Partido de los Trabajadores (PT).
Reclamaban el fin de la corrupción y exigían que la presidenta, Dilma Rousseff, dejara su cargo. Los gritos “¡fuera Dilma!”, “¡fuera Lula!” y “¡fuera PT!” se escucharon en todo el país.
Pese a todo, las protestas contra el gobierno de Rousseff, que solo lleva ocho meses en este segundo mandato, han perdido fuerza respecto a las que se celebraron el 15 de marzo y el 12 de abril.
Las protestas fueron convocadas en 257 ciudades a través de las redes sociales por los principales movimientos populares opositores al Gobierno, sobre todo Vem Pra Rua (Ven a la Calle) y Movimiento Brasil Livre (Movimiento Brasil Libre, MBL).