Economía extractivista al borde del abismo

En ausencia del primer mandatario del Estado, Evo Morales Aima, quien viajó a Cuba para participar en los festejos del aniversario del anciano líder cubano Fidel Castro, no han dejado de producirse en el paisaje político del país novedosas noticias en torno a aspectos tanto de carácter internacional como local.

El dato más importante de carácter externo es el referido a la devaluación (cuatro puntos en menos de una semana) del yuan chino, que no sólo ha producido escalofríos en la economía de las potencias mundiales, sino también ha causado más de una preocupación y dolores de cabeza al Ministro de Economía de Bolivia, así como a los de países del área del Tercer mundo que, sin lugar a duda, también serán afectados y, además, con grandes posibilidades, ya están preparando medidas para contrarrestar la crisis que se viene produciendo.

En efecto, la devaluación de la moneda china causó efectos de un terremoto en Hong Kong y en países de menor desarrollo, pero también en potencias de Europa que enfrentan la posibilidad de solucionar sus problemas financieros mediante devaluaciones monetarias, como el caso de Rusia, que por su parte ya devaluó el rublo y ha dejado ver que continuará esa política a medida que vayan evolucionando los acontecimientos en el mercado asiático.

En ese sentido, no se puede descartar que la misma preocupación se registre en países limítrofes con Bolivia, algunos de los cuales ya han hecho modificaciones en sus monedas y, muy posiblemente, también procederán a dictar nuevas medidas para proteger sus economías, ya bastante afectadas por la evolución de la crisis internacional.

Sin embargo, en cuanto a Bolivia se refiere, el ministro de Hacienda, Luis Arce Catacora -miembro del grupo llamado “Duende” y coautor del famoso plan denominado “El nuevo modelo económico, social, comunitario y productivo”-, sigue insistiendo en que el Gobierno no dictará una disposición devaluatoria del peso boliviano, al considerar que las finanzas nacionales avanzan sobre ruedas, opinión que se suma a la ya conocida definición en sentido de que Bolivia tiene una economía no sólo “blindada” sino “acorazada”, que puede hacer frente con éxito, como el mejor de los acorazados, a los más poderosos torpedos de los problemas mundiales.

Mientras se mantienen invariables esos puntos de vista, y “el mundo sigue andando”, los productos extranjeros de precio barato siguen invadiendo masivamente al país a través de todas las fronteras (en especial vía contrabando), lo que está dando muerte a la industria, la agricultura, las artesanías y otros sectores económicos secundarios.

Las informaciones objetivas acerca de diversos aspectos de carácter interno insisten en mostrar impactos aún más ostensibles, como, por ejemplo, los relacionados con los insistentes datos acerca de que el crecimiento de la economía boliviana será este año menor al 4,5 por ciento; que la industria china requerirá menor cantidad de insumos, hecho que determinará una caída en picada de los precios de esos recursos; que por haberse fijado el precio del barril de petróleo en 45 dólares, para atender los requerimientos del presupuesto nacional, será recortado en 53 por ciento; el bajón de los ingresos por exportaciones; la crisis de Grecia; que se mantendrá a toda costa el segundo aguinaldo y así sucesivamente, indicadores que no dejan de preocupar a la opinión pública y a los medios de comunicación.