La intervención comunitaria de Techo tiene el principal objetivo de superar la situación de pobreza en el que viven miles de personas en los asentamientos precarios, a través de la acción conjunta de sus pobladores y jóvenes voluntarios. Esta organización se focaliza en los asentamientos precarios más excluidos, informó Camila García, una de las voluntarias.
En 1997 un grupo de jóvenes comenzó a trabajar por el sueño de superar la situación de pobreza en la que viven millones de personas. El sentido de urgencia en los asentamientos los movilizó masivamente a construir viviendas de emergencia junto a las familias que viven en condiciones de precariedad.
Esta iniciativa se convirtió en un desafío institucional que hoy se comparte en todo el continente. Desde sus inicios en Chile, luego en El Salvador y Perú, Techo emprendió una expansión y luego de 15 años mantiene operaciones en 19 países de la Latinoamérica: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Techo se encuentra en Bolivia desde hace seis años, brindando su apoyo en la construcción de viviendas de emergencia, respondiendo a una necesidad que es prioritaria y urgente en la mayoría de los asentamientos precarios, generando vínculos de confianza entre los voluntarios y la comunidad.
La vivienda de emergencia de Techo es un módulo prefabricado de 18 metros cuadrados, que se construye en dos días, con la participación masiva de jóvenes voluntarios y familias de la comunidad, indicó una de las voluntarias.
El proceso de construcción genera un encuentro entre estas dos realidades, promoviendo una reflexión crítica y propositiva frente a la pobreza. Este proceso se realiza con un enfoque comunitario, que promueve la organización y participación de la comunidad.
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