Se trata del sacerdote Ildefonso Escolástico de las Muñecas, llamado el teórico de las republiquetas, en el Alto Perú. Nacido en 1776, en la población de Tucumán, en el Virreinato del Río de La Plata, estudió en la ciudad de Córdova, graduado en teología, y ordenado como sacerdote católico.
En 1813 fue designado como párroco del Cusco, colaboró en las primeras sublevaciones indígenas, plegándose a ellas. Sus compañeros de lucha fueron derrotados y degollados, en tales momentos, el sacerdote Ildefonso se retiró a Puno, formando un equipo, que más tarde constituiría un pequeño ejército bajo sus órdenes. Se dirigía a los nativos en quechua y aymara, y a sus compañeros mestizos y criollos en castellano. Descubierto el movimiento por los jefes realistas, éste fue dispersado, obligando a Muñecas a refugiarse en la provincia Larecaja, lugar de mucha producción agrícola, y muy defendido, por ser de características muy accidentadas.
En ese lugar, el jefe guerrillero organizó sus fuerzas, proclamando una Republiqueta patriota, formada por artesanos, mestizos, criollos e indígenas siervos. Sus salidas eran para lancear y derrotar a los ejércitos realistas, no pudiendo éstos ingresar hasta Larecaja. La Republiqueta fue reconocida por el gobierno de Buenos Aires, dando al presbítero Muñecas el título de General en jefe de la Republiqueta.
En tales condiciones, dictó disposiciones protegiendo a las comunidades indígenas; los productos de impuestos y gravámenes desde ese momento no serían llevados a las Cajas Reales, sino a la administración de la Republiqueta y sus fuerzas combatientes. La provincia de Larecaja era muy rica en productos agropecuarios, de ahí que se suponía que sus gravámenes eran cuantiosos.
La guerrilla del presbítero Muñecas era una fuerza que impedía el paso de las tropas realistas, por la mayor parte del altiplano.
El virrey Fernando de Abascal, alarmado por el crecimiento militar, y más la autonomía de la Republiqueta, envió dos fuerzas realistas, una desde Puno, y la otra desde La Paz, con más 600 hombres cada una, al mando del coronel Gamarra, famoso por su pericia y efectividad en los combates.
Las fuerzas del presbítero Muñecas eran llamadas por el pueblo como el Batallón Sagrado. El 26 de febrero de 1813, ambas fuerzas realistas rodearon a los rebeldes, derrotándolos en la localidad de Cohansani, el presbítero pudo huir con los restos del batallón.
Teniendo tras sí una legión de realistas, logró Muñecas llegar a una quebrada más o menos segura, la quebrada de Camata, pero continuaba la tenaz persecución de un destacamento al mando del capitán realista Navajas.
Después de esporádicos combates, Navajas con su destacamento capturó al guerrillero cura, un 23 de abril; fuertemente maniatado y con cadenas, fue trasladado hasta la ciudad de La Paz.
Por órdenes del general realista Joaquín de la Pezuela, Muñecas fue trasladado al Cusco, para en esa ciudad ser degradado de su condición de sacerdote, luego juzgado y, finalmente, ahorcado.
En el trayecto, por rencillas con sus captores, el guerrillero Muñecas fue ultimado por el capitán realista Pedro Solar, que le disparo en la espalda un tiro de pistola, el 8 de mayo de 1816. Al día siguiente, el guerrillero cura fue sepultado en el interior de la iglesia de la localidad de Guaqui.
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