Bolivia ingresa a un Mercosur en decadencia

LA DECADENCIA DEL MERCOSUR

El Mercosur emergió con mucha fuerza y, no obstante su sesgo proteccionista, en su momento tuvo un protagonismo regional importante, similar al que ahora tiene la Alianza del Pacífico, salvando las diferencias de objetivos y alcance. Después de 25 años de existencia, se encuentra en franca decadencia, ya que ha sufrido un deterioro institucional ostensible, aparentemente difícil de revertir, privilegiando la retórica al cumplimiento de los acuerdos.

En tal sentido, se advierte la ausencia de voluntad política, que, entre otros, ha impedido un desarrollo institucional adecuado e instancias supranacionales, que eviten la inclinación de los gobiernos a abordar el tratamiento de temas relevantes y determinadas situaciones, en función de eventos y coyunturas internas que, en muchos casos, han generado incumplimientos.

Actualmente enfrenta un escenario recesivo, donde muchos de sus países miembros confrontan crisis económicas de diversa intensidad, que probablemente les inducirán a profundizar sus actitudes proteccionistas, imponiendo más trabas comerciales e incumplimientos, que podrían generar un proceso de franca descomposición. Resulta ilustrativa la última resolución adoptada por la Organización Mundial del Comercio (OMC), que obliga a la Argentina a levantar las restricciones al comercio intra y extra regional, siendo el país de América Latina con más demandas ante la OMC.

El Mercosur, que nació de la aproximación de Brasil y Argentina, se ha visto ante una encrucijada debido a la manifiesta divergencia entre ambos países, respecto a retomar las negociaciones con la Unión Europea (UE). En efecto, Brasil, ante la drástica caída de su mercado interno y el enfriamiento de la economía china, precisa nuevos mercados y ha presionado, junto a Uruguay y Paraguay, a negociar con dicho bloque. En tal sentido, en la Cumbre de Brasilia se ha decidido negociar con la UE, rompiendo el aislamiento autoimpuesto.

En el Mercosur, la unión hace la fuerza, la fuerza de los grandes sobre los chicos, como el corte del puente internacional San Martín, consentido, sino inducido, por el Gobierno argentino, en represalia por la instalación de una pastera en el Uruguay, que resulta emblemático del desprecio al libre tránsito.

Asimismo, el participar en un esquema de integración implica cesión de soberanía, en el Mercosur significa la cesión de los chicos hacía los grandes. Corresponde destacar que establece el principio de reciprocidad, prescindiendo del de solidaridad, destinado a reducir las asimetrías, que rige en otros esquemas de integración, como la UE.

BOLIVIA Y EL MERCOSUR

Ante esta situación, la decisión inconsulta del Gobierno boliviano de adherirse a un organismo decadente, que obedece a afinidades políticas circunstanciales antes que a motivos económicos, emulando a Venezuela, resulta desafortunada, inoportuna, e innecesaria.

Desafortunada, porque: a) con el Mercosur nuestras principales exportaciones no tradicionales son competitivas, mientras que con la Comunidad Andina (CAN) son complementarias, que nos permiten mantener importantes superávits comerciales, convendría, por tanto, privilegiar nuestra pertenencia a la CAN; b) los elevados déficits comerciales con el Mercosur se pronunciarán cuando se adopte su Arancel Externo Común, favoreciendo las importaciones de Brasil y Argentina, especialmente; y c) dadas sus restricciones, estaremos impedidos de negociar, como país, con otros que tengan mercados potenciales.

Innecesaria, debido a que ya existe una zona de libre comercio vigente, en virtud del Acuerdo de Complementación Económica Mercosur - Bolivia No. 36 (ACE 36), que es ampliamente desfavorable a Bolivia, si se excluye el gas que responde a otro acuerdo, dado el escaso aprovechamiento de su reducido mercado potencial por las barreras y medidas no arancelarias. En efecto, el IBCE, basado en el INE, ha podido establecer que, sin el gas, desde el 2006, o sea en 10 años, se acumula un déficit superior a 15.000 millones de dólares.

Inoportuna, porque: a) el escenario recesivo que prevalece en casi todos los países de dicho bloque exacerbará las barreras comerciales, así como las devaluaciones, acentuando los desequilibrios comerciales; y b) la solicitud de adhesión se hizo ignorando al Paraguay que, si bien estaba suspendido, continuaba siendo miembro pleno, por lo que fue necesario rehacer los protocolos correspondientes, denotando poca seriedad, impropia de una Cumbre.

Finalmente, corresponde advertir que con esta adhesión y nuestro actual atraso cambiario, se podría sacrificar en el altar del Mercosur a la agroindustria nacional, principalmente.