“Tren de la muerte” alarmará al altiplano

Un capitán de la policía nacional boliviana, enviado a guiar un viaje en tren clandestino por el altiplano, ve quebrarse su sosiego durante la odisea. Orientado por sus instintos más bajos y negado a abandonar las pretensiones de poder, se ve tentado a probar la muerte.

No le es difícil materializar tal determinación, pues lleva la muerte como cargamento: un lastre de minerales tóxicos que mantiene en zozobra a las poblaciones rurales de Bolivia. Advertidas por las transmisiones de radio, estas están convencidas de que el tren transporta "veneno" y harán todo lo posible para que no se adentre en sus territorios.

El encuentro con la muerte es solo una escena, una muy poderosa, de esta historia que lleva por nombre carga sellada. La cinta, una coproducción entre Bolivia, México y Venezuela, dirigida por Julia Vargas Weise, es una ficción basada en hechos reales que revela la lucha del pueblo por conservar sus tierras y liberarlas de "la basura ajena".

Con paisajes dispuestos para una limpia fotografía, como el salar de Uyuni y el cementerio de trenes, esta rail-movie traslada al espectador a una Bolivia tradicional de 1995 y a los poblados casi abandonados que se fundaron en las décadas de los 30 y 40 durante el auge de las rutas de ferrocarriles.

"Federica" es el nombre de la locomotora que sería conocida como "el tren de la muerte", una máquina de 1948 que la producción del filme obtuvo del Museo Ferroviario de Machacamarca. Así lo comentó Isabel Caroto, parte del equipo de producción venezolano.

El actor Gonzalo Cubero resalta que la participación del país no fue solo técnica en esta cinta, también contó con elenco nacional. "Somos un solo cine. Somos el cine latinoamericano, los países nos unimos para contar historias". (El Universal)