Ciril Malderna Rojas
Empezamos dando el concepto del término producción. En economía significa la elaboración y/o producción de un bien de uso o de consumo; también se puede producir un bien no tangible llamado servicio. La producción junto a la distribución y el consumo de los mismos se constituyen en los tres grandes capítulos de estudio de la ciencia económica.
Entonces, la actividad escolar del sistema educativo plurinacional (SEP) se cumple bajo la premisa del modelo educativo denominado Educación Productiva, implantado a través de la ley Avelino Siñani y Elizardo Pérez (Lasep) promulgado en el año 2009, para su aplicación en los niveles primario y secundario.
Este paradigma educativo no es nuevo en el mundo. Bastan dos menciones: 1) Macarenko, el gran educador ruso, ya trabajó con este modelo a inicios del Siglo XX en su lejana tierra asiática con resultados muy interesantes; 2) en nuestro medio, el maestro Elizardo Pérez junto al amauta Avelino Siñani fundaron la primera escuela indigenal de Warisata en el año 1931, bajo el concepto revolucionario de la educación productiva, que significaba trabajo, producción, aprendizaje y capacitación técnica de los niños y jóvenes aymaras. Fue la Escuela Ayllu la que mereció tanta atención y análisis en todo el ámbito latinoamericano.
El actual planteamiento educativo llamado también Sociocomunitario Productivo, tiene relación directa con las medidas importantes que ha tomado el Gobierno del presidente Evo Morales; surgió viendo el nivel y realidades educativas de los países desarrollados y como una respuesta a las expectativas y necesidades que el país tiene en este momento: construir el futuro con base en la educación y la producción, considerados como pilares fundamentales de nuestro desarrollo económico y social; para así conseguir la soberanía alimentaria y la independencia tecnológica.
Es una medida importante. Hay que destacar este aspecto. Pero el modelo presenta varias falencias y debilidades que los enumeramos:
1) En el Ministerio de Educación no se entiende totalmente el significado de la educación productiva; allí trabajan sólo los doctores y magísteres en educación y ningún profesional en ciencias económicas, ingeniería comercial o administración de empresas, quienes en labores interdisciplinarias con los cientistas educativos deben diseñar los planes de estudio y de desarrollo productivo en las escuelas y colegios de nuestro medio para que los estudiantes comprendan y logren motivación en temas como: producción de bienes y servicios; emprendimientos empresariales; exportación de bienes con valor agregado; educación financiera; educación técnica y otros conceptos fundamentales.
2) En las escuelas de formación de maestros tampoco se ve la presencia de un profesional economista dictando clases o efectuando charlas en talleres correspondientes.
3) En las unidades educativas no se tiene todavía aulas talleres, granjas experimentales, carpas solares y otras instalaciones técnicas que deben ser parte de toda infraestructura educativa.
4) Los profesores en ejercicio no reciben la capacitación en el tema de la educación productiva. Todo esto es una tarea pendiente del Ministerio de Educación y de las autoridades de las gobernaciones y municipios.
Por otro lado, en la currícula escolar tampoco existe la asignatura de la investigación, que debe impartirse ya en el nivel secundario. Fruto de esta actividad, tendremos la producción intelectual, que es la otra faceta de la educación productiva.
Mientras estos puntos señalados no sean analizados y resueltos, no podemos hablar de la verdadera educación productiva como eje de trabajo escolar en casi la totalidad de las unidades educativas del país.
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