Pronostican sequías y destrucción de cultivos

El anuncio meteorológico de que el fenómeno de El Niño se acerca al país causa gran preocupación en los agricultores, ya que las condiciones climatológicas van a castigar el territorio boliviano, provocando grandes desfases. En la agricultura se pronostica intensas lluvias en el oriente y el Norte de La Paz y sequías en las regiones altiplánicas. El panorama es desolador para el campo, ya que el total de la producción de trigo y maíz cubre sólo el 30% del consumo interno y el déficit es grande, hay que importar harina de Argentina.

Santa Cruz fracasó en la producción de trigo y disminuye la producción de soya, por las condiciones climáticas. La empresa estatal EMAPA no soluciona el problema con la compra de producción, que este año es poca. Bolivia necesita sembrar 400.000 hectáreas para atender la demanda nacional y si se anuncia intensas lluvias, la producción de más trigo será una ilusión.

Esto conspira contra el ahorro que tenemos, es decir los fondos de reserva del Banco Central, ya que se debe disponer de ese dinero, forzosamente.

La sequía en el altiplano afectará a toda la producción agropecuaria, debido a granizo, nevadas y grandes precipitaciones pluviales. Los cambios de temperatura, como excesivo calor o frío, como intensas lluvias, afectan desastrosamente a la agricultura. Actualmente existe una baja de la producción de soya y girasol, disminución marcada de la producción de cebollas, zanahorias, trigo y maíz, que produce Santa Cruz.

Además comprar trigo extranjero es un arma de doble filo, porque se quita fuentes de trabajo a cultivadores o a los mismos comerciantes. Esta situación molesta a la gente humilde y pobre, que no tiene empleo, considerando también que el pan subió de precio, a 50 centavos la unidad y con peso disminuido, sin que nadie salga en defensa de los consumidores, porque se hacen los de la vista gorda gobierno, comerciantes y panaderos que ganan mucho.

Por su parte la Alcaldía Municipal, que tenía la obligación de poner a los panaderos en orden, no lo hizo y dejó que el pan subiera de precio, ante la pena de la gente humilde. Lo grave es que los choferes del transporte urbano también amenazan con subir los pasajes, lo que no deben permitir las juntas vecinales y las autoridades municipales.

Ante este panorama de una agricultura con muchos problemas, la ciudadanía se ve sorprendida al enterarse de casos de corrupción en el Fondo Indígena, donde se dice que hay proyectos “fantasmas” y cuyos autores son dirigentes campesinos. Como primera medida de investigación, debería efectuarse una auditoría, conjuntamente con el Ministerio de Transparencia. Hasta el momento, esta institución logró comprobar un desfalco inicial de millones de bolivianos.

Lo lamentable es que esos fondos estaban destinados a diferentes proyectos de comunidades campesinas, perjudicando obras importantes.

El autor es Profesor Emérito y ex Decano de Odontología UMSA.