La China del presidente Xi Jinping se mostró ayer al mundo como una gran potencia militar, en un desfile de magnitud con motivo del 70 aniversario del final de la II Guerra Mundial que también quiso cimentar a nivel interno la nueva imagen de un país poderoso en la escena mundial.
Ante jefes de Estado de una treintena de países (ninguno occidental) y al son de bandas y coros que interpretaron temas militares y patrióticos, unos 12.000 soldados, 500 vehículos y misiles y unas 200 aeronaves marcharon por la enorme avenida de la Paz Eterna (Chang An), en la simbólica plaza de Tiananmen.
Xi recordó en su discurso que los ocho años de guerra (1937-45) causaron a China 35 millones de muertos y heridos, pero terminaron en “la primera victoria completa” del país en tiempos modernos. (EFE)