La verdad aunque duela
La economía se divide en micro y macro economía. La microeconomía estudia el comportamiento “individual” de los agentes económicos dentro del sistema de mercado en que cada uno opera. La macroeconomía estudia el comportamiento económico “global” de la sociedad. Por lo tanto la macroeconomía analiza la evolución global de precios, la inflación, mercado de trabajo, crecimiento económico, política fiscal, mercado financiero, política monetaria, entre otros.
Autoridades del partido gobernante en el Estado Plurinacional boliviano, en los últimos meses y en medios de comunicación han declarado que en todos los Órganos que dirige el gobierno, específicamente Judicial, Electoral, Policía, FFAA, gobernaciones, alcaldías, además de agrupaciones de campesinos, indígenas, originarios… se ha detectado algunos actos de “micro corrupción” (en ningún momento se refieren a los poderes Legislativo y Ejecutivo).
Con ese pretexto y después de diez años de gobierno, los jerarcas reflexionan y agregan que esos actos de indisciplina partidaria les hace pensar en el futuro y que a partir de la fecha empieza otra etapa en el proceso de cambio. El mismo se respaldará con la decisión del “pueblo”, es decir del Conalcam, Consejo Nacional para el Cambio (exagerando, 200 representantes de las organizaciones sociales del partido gobernante), que exigirá y por último “obligará” al Poder Legislativo a cambiar la Constitución Política del Estado. El objetivo es garantizar que la dupla gobernante sea reelecta por cinco años y si el pueblo lo decide, la próxima gestión puede ser indefinida. Aclaran también que en estas decisiones del soberano, “ellos” nada tienen que ver y como disciplinados soldados de la revolución, acatarán lo que sus compinches decidan.
Como de costumbre, estos personajes declaran con una naturalidad que enorgullece a los interesados y fanáticos seguidores del partido de gobierno y causa indignación a quienes comprendemos lo que está sucediendo en la Administración del Estado.
Al respecto, me es difícil comprender el fenómeno de la micro corrupción, lo que se conoce como “estado de la corrupción” instalado en el gobierno de turno. De existir tal situación, los incólumes gobernantes tendrían que crear micro órganos de lucha contra la corrupción, micro fiscales, micro jueces, micro policías… para que luchen contra la delincuencia. En resumen, una payasada de los que quieren perpetuarse en el gobierno.
Nadie puede negar que la corrupción afecta principalmente a las personas, atenta contra derechos fundamentales, socava la democracia, destruye la institucionalidad democrática, impide la igualdad de oportunidades, el ejercicio de las libertades y acentúa las desigualdades. La corrupción es un “acto de poder” que tiene, además, una perspectiva política que implica alta discrecionalidad para actuar por encima de los derechos y las expectativas de los demás.
Señores gobernantes, la economía tiene criterios racionales y científicos, bien lo sabe el “matemático” Vicepresidente; esta ciencia identifica claramente el concepto de corrupción, para ser más claro, en macro y micro economía no se analiza las irracionalidades de los servidores públicos, sino los recursos económicos que éstos administran, etapa en la cual pueden llegar a convertirse en agentes corruptos. Como ustedes también señalan (cuando les conviene), estos individuos son delincuentes comunes y merecen ser juzgados por las leyes vigentes en el Estado.
Un ejemplo claro, para distinguir economía y corrupción, es la repartija discrecional de dinero que suministraron las autoridades del gobierno a unos cuantos corruptos que aún fungen como representantes de las naciones y pueblos originarios, indígenas, campesinos, comunidades interculturales y afro bolivianas, a quienes los achacan de gobernar el Estado Plurinacional. Lamentablemente, como está demostrado, ese dinero fue despilfarrado en forma irracional, en concomitancia con los gobernantes, no obstante, estos delincuentes gozan de impunidad impuesta por los poderosos.
En el ejemplo anterior, estaríamos hablando de un monto aproximado a los 1.800 millones de dólares, malgastados en sobornar y corromper a 36 naciones y pueblos indígenas- originarios, durante diez años de jauja gubernamental. Se supone que esos recursos económicos son del pueblo boliviano. En esas circunstancias, se trata de una afectación global al sistema financiero nacional, conocido también como “corrupción del Estado Plurinacional”, cuyos responsables más directos son los pocos que manejan el gobierno. (Es sólo un botón de muestra).
El drama es más tétrico cuando nos enteramos de que en los últimos diez años, los allegados al palacio de gobierno (no pasan de 50 individuos), han administrado aproximadamente 200.000 millones de dólares. Con seguridad que ellos son los que experimentaron el famoso “cambio”, porque de socialistas se convirtieron en capitalistas, con la venia y jolgorio del 60% de la población votante en nuestra Patria.
A propósito, han confundido desarrollo económico con crecimiento económico, olvidando los parámetros que hacen a la mico y macro economía, algo ruin que sólo cabe en la mente de los embusteros del Gobierno. Como muestra de ello puedo mencionar que mucha gente se está muriendo por falta de suero y ellos están pensando en las comisiones que pronto les reportará el “gasto” de 1.600 millones de dólares en construcción de hospitales. El caso de la educación es triste. Eso se llama vivir incluido en la “corrupción del Estado”. Por falta de espacio no comentamos sobre el “Narco Estado”.
La corrupción es un monstruo grande que pisa fuerte. El abuso del poder llega inclusive a la tiranía. Ellos están conscientes de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, por ello quieren eternizarse en el poder de la mano del “Nuevo Modelo Económico Social Corruptible”, que va viento en popa.
El autor es docente universitario.
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