Investigación periodística en Perú
El boliviano Martín Rapozo fue identificado, en una investigación de periodistas peruanos, como el responsable de la provisión de avionetas a Bolivia, muchas de las cuales terminaron vinculadas con acciones ligadas al narcotráfico. De acuerdo con la investigación de autoridades policiales del vecino país, Rapozo habría provisto de 33 avionetas desde Estados Unidos a Bolivia.
Este medio intentó comunicarse con la Unidad de Comunicación de la fuerza antinarcóticos para conocer algún antecedente, pero el celular se encontraba apagado, sin embargo en uno de sus últimos informes el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, confirmó el secuestro de 33 aeronaves vinculadas con el narcotráfico en la gestión 2015, como resultado del trabajo que realiza la fuerza antinarcóticos. Otros informes dan cuenta que más de 200 avionetas fueron derribadas en el vecino país.
Los periodistas peruanos Romina Mella y Gustavo Gorriti sostienen en la publicación de la Revista Caretas, bajo el título “Narcovuelos a la Boliviana”, lo siguiente: “Én forma sorprendentemente impune, los clanes familiares bolivianos del tráfico aéreo de cocaína compran y usan avionetas chatarra, que convierten al accidente en parte de la normalidad”.
En la nota hacen referencia a las avionetas que cayeron en la región de Vrae como parte de los cientos de vuelos “que crearon un nuevo boom de la droga”.
También hacen registro de accidentes, que ilustra la precariedad con la que los temerarios contrabandistas aéreos “sobre todo bolivianos” se lanzan a la empresa del lucro peligroso.
“Con la línea entre aterrizaje y accidente oscilando todo el tiempo, los vuelos terminan con frecuencia con la avioneta estampada en la selva”, señala la nota.
AVIONETAS SINIESTRADAS
A fines de la semana pasada, el sábado 5 de septiembre, otra patrulla policial fue insertada en el monte “esta vez en la selva del Valle de Vilcabamba, en Cusco”, para ubicar los restos de una avioneta accidentada el 22 de agosto. Tras un pesado desplazamiento hallaron la avioneta CP-2838.
Esta aeronave había sido exportada en 2013 a Bolivia por Martín Rapozo. “Allá fue inscrita a nombre de Sandra Datzer Rodríguez, esposa de Fernando Rapozo, hermano de Martín”.
“La avioneta, fabricada en 1980, había volado en Alaska y, igual que la CP-2890, cuyo trágico final fue relatado en Caretas 2401, estuvo basada en Anchorage. Pertenecieron, según el registro de la FAA, a propietarios diferentes, pero fueron adquiridas el mismo mes: julio de 2013, por Rapozo y provitas entonces a Bolivia”.
Otra avioneta CP-2890 señala que fue encontrada en la selva junto con el cadáver de su piloto y 356.5 kilos de cocaína.
Los periodistas afirman que las dos avionetas compradas en julio de 2013 en Anchorage, Alaska, por Martín Rapozo, una de las cuales fue adquirida por la cuñada de este, fueron dedicadas al narcotráfico, hasta estrellarse ambas, cargadas con droga.
El 22 de agosto del año pasado, permitió tener una idea de por cuántos años Rapozo había estado vinculado con la provisión y operación de narcoavionetas. Ese día, se ubicó lo que quedaba de la avioneta CP-2571 en Boca Sanibeni, Satipo. Los nativos de la zona solamente habían dejado dentro de la nave el cadáver del piloto.
“En 2008, seis años antes del accidente, la avioneta había sido provista a Bolivia por Christine Rapozo, esposa de Martín, domiciliados ambos en Tarpon Springs, Florida. En Bolivia, había sido puesta a nombre de Luis Alberto Suárez, un ganadero con persuasivos antecedentes por narcotráfico”.
En febrero de 2015, Rapozo continuaba proveyendo avionetas a Bolivia. Ese mes, una Cessna TU206G, adquirida tres meses antes por Rapozo, canceló su licencia estadounidense al ser exportada a Bolivia.
“En total, Rapozo y la familia proveyó directamente 33 avionetas a Bolivia para ser dedicadas, de acuerdo con la evidencia que emergió de los numerosos accidentes, avistamientos y capturas, al narcotráfico”, sostiene la nota de prensa.
Hubo ocasiones en las que Rapozo proveyó a sí mismo, como sucedió con la avioneta CP-2812, que se estrelló en noviembre de 2014 en distrito de Constitución, Oxapampa. “La aeronave, con matrícula norteamericvana N9497R fue transportada a Bolivia en septiembre de 2013 por Rapozo Export, empresa con la misma dirección de la casa de Rapozo, en Tarpon Springs, Florida. ¿Su dueño en Bolivia? Martín Rapozo, que dio como ocupación la de ganadero y piloto civil privado”, refiere.
Además se lo vincula con la empresa Pilotmec Aircraft Services Inc, de la ciudad de Pembroke Pines, en Broward, Florida, hasta donde llegaron los de la DEA y secuestraron tres avionetas, junto con, según fuentes dignas de crédito, una lista de otras 17 que estaban a punto de ser exportadas a Bolivia.
“Pero las de los Rapozo y otros grupos siguieron llegando a Bolivia para integrarse al dinámico puente aéreo de cocavuelos, con sus temerarios aterrizajes, azarosos despegues y casi inevitables caídas”, sostiene la nota.
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