La ausencia de actividad sindical y la aparición de los llamados “movimientos sociales”, disminuye la importancia que tenía la COB en otros tiempos, cuando realmente luchaba por los trabajadores y realizaba constantemente congresos que unificaban los intereses de la clase trabajadora a través de sindicatos que agrupaban a mineros, fabriles, transportistas, ferroviarios, petroleros, gráficos, empleados de comercio, etc.
La Central Obrera Boliviana nació bajo la tuición de la Federación de Mineros con su líder Juan Lechín Oquendo, quien durante su dirección sindical tuvo problemas por causa de intereses políticos con el MNR. Como consecuencia de ello, disminuía su lucha sindical revolucionaria, lo que empezó a debilitar los cimientos de la COB, surgiendo discusiones por la intervención política movimientista, lo que no debió darse, porque debían prevalecer los intereses de los trabajadores. Éstos permanentemente buscan mejorar sus condiciones de vida, como el salario mínimo, que cada año es motivo de controversias y luchas, por lo que necesita la unidad de sus integrantes.
Actualmente no hay unión por falta de sindicalismo activo y porque al parecer se da preferencia a los denominados “movimientos sociales”. Actualmente los errores se repiten como parte de la historia de la dirigencia sindical, como sucede con los actuales dirigentes de mineros, fabriles y transportistas, que dejan de lado su lucha sindical, por intereses personales y granjerías que consiguen por compromisos políticos, dejando sin protección a los trabajadores que más los necesitan en sus organizaciones sindicales.
Todo esto da un cuadro penoso, porque disminuye la fuerza que tenían los cuadros sindicales de la COB y que con paros y huelgas podían abatir hasta a dictaduras militares, mediante la unión y contundencia de la clase trabajadora. Alarman actualmente las decisiones de pseudo dirigentes que inclusive son integrantes de la Asamblea Legislativa, como senadores y diputados, cargos conseguidos con ayuda de los trabajadores.
Pero ahora esos representantes adoptan decisiones que hasta van en contra de la mayoría sindical, olvidando a sus bases y sin efectuar congresos normales y extraordinarios, aunque por norma de los estatutos de la COB se los debería convocar. Las Centrales Obreras Departamentales claman que se reorganice su organismo matriz para planificar cuadros de lucha sindical a fin de conseguir mejoras salariales y mejores condiciones de vida y para ello se requiere planificación en la COB, a fin de que sea la representación genuina de los trabajadores de base.
La ciudadanía independiente observa con pena y decepción que el sindicalismo de los trabajadores está siendo reemplazado por grupos políticos a los que sólo les interesan sus posiciones personales, dando lugar a una COB desorganizada y sin principios de lucha sindical.
El autor es Profesor Emérito y ex Decano de Odontología UMSA.
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