El papa Francisco ha inaugurado la Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU con un discurso muy crítico con el “desgobierno” de la economía mundial y en el que ha defendido el “derecho al medioambiente” de la humanidad.
Más de 150 líderes mundiales, entre los que se encuentra el rey Felipe VI, se dan cita desde este viernes, 25 de septiembre, hasta el domingo 27 en Nueva York. El objetivo de la cita es aprobar los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que relevan a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que se lanzaron en 2000 y que expiraban este 2015.
En su intervención, el Papa dijo que es fundamental “preservar y mejorar el ambiente natural y vencer cuanto antes el fenómeno de la exclusión social y económica”. “Cualquier daño al ambiente es un daño a la humanidad”, sostuvo.
Francisco denunció la “cultura del descarte” en la que son obligados a vivir los más pobres. “La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados”, dijo.
El Papa advirtió contra “las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado solo por la ambición de lucro y de poder”. En concreto, sostuvo que “los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de estos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.
Por todo esto, pidió que en la Cumbre se logren “acuerdos fundamentales y eficaces” en la Cumbre. “No bastan los compromisos asumidos solemnemente”. Hemos de evitar toda tentación de caer en un nominalismo declaracionista con efecto tranquilizador en las conciencias”.
A diferencia de los ODM, que fueron elaborados por un grupo de expertos a puerta cerrada, los ODS son el resultado de una negociación en la que, desde 2012, han participado los 193 estados miembros de la ONU, así como la sociedad civil.
Otra de las diferencias fundamentales es que los Objetivos de Desarrollo del Milenio estaban especialmente dirigidos a los países en desarrollo, mientras que los nuevos ODS se aplicarán a todos los países, tanto ricos como pobres. En concreto, se han enumerado un total de 17 ODS con 169 metas concretas y 300 indicadores para medir si se cumplen. Además, los objetivos cuentan con mecanismo para financiarlos como la ayuda al desarrollo y el fomento del comercio internacional.
Sin embargo, el cumplimiento de los objetivos es voluntario y se trata sólo de orientaciones para los estados. (Agencias)
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