¡No a la mentira, ineficiencia y corrupción!

¡NO! ha expresado voluntariamente el pueblo boliviano en el referéndum realizado hace una semana, en protesta por la imposición, chantaje, autoritarismo y soberbia del Gobierno de turno en nuestro país. Que politiqueros y otros comentaristas interpreten esa respuesta popular de diferentes formas, es por pura opinión convenienciera.

LAS MENTIRAS

Para respaldo acudimos a una revista publicada en el Palacio de Gobierno el 24 de enero de 2006, con el rótulo: “Evo Morales comienza una nueva era”. De la entrevista al primer mandatario podemos resaltar lo siguiente: Declara que su mamá se llamaba María Mamani, por lo tanto no apellida “Aima”. Que su profesión es agricultor–cocalero, ¿dónde otorgan ese título? Que su fortuna en ese entonces era de 576.000 Bs (sólo con la coca). Sobre su familia dijo: “somos de nacionalidad aymara”, pero, lamentablemente, no sabe su idioma; con razón y nos consta que durante diez años no puede aprender el español. ¿Por qué será? Agrega, “nadie puede decir, yo le he dado plata al Evo”; sabemos que en su época de luchador y agitador sindicalista cocalero, cargaba una alforja llena de coca y dólares para repartir a los cabecillas de los movimientos sociales. ¿De dónde provenían los dólares?...

Por su parte el Vicepresidente declara que estudió en la UNAM, titulándose como “matemático”, con ese título, ¿Cómo pudo ingresar a la UMSA para dictar clases en la Facultad de Ciencias Sociales? Además, en archivos de la Universidad no existe diploma con su nombre. Luego declara que a sus 46 años ha leído 15.000 libros, es decir un promedio de 326 libros por año desde su nacimiento, ¿qué se puede creer, su edad o la cantidad de libros leídos?...

Aclaro, esas declaraciones fueron hechas el mismo día de tomar el mando del Estado. Entonces el pueblo juzgue: en 10 años, 7 meses y 5 días de gobernar, ¿cuántas mentiras habrán divulgado esos señores? Da pena decirlo, pero cuando los líderes son mentirosos, ¿qué se puede esperar de sus seguidores? El problema es cuando la mentira se convierte en un mal generalizado, cuando los funcionarios son los que mienten y cuando el jefe de Estado se convierte en encubridor de los males y la inmoralidad de sus funcionarios.

Se ha demostrado que el líder o político mentiroso no es un enfermo, no sufre trastornos en su personalidad, no necesita el tratamiento de un psicólogo, porque es mentiroso por naturaleza, y se vale de la mentira para presentar fantasías que concibe en su interior o bien son inculcadas por su entorno.

Cuando la mentira se halla en el “poder”, la gran mayoría de la población piensa en términos político ideológicos, provenientes de medios masivos de comunicación moderna, muchos de los cuales fueron comprados por el gobierno de turno en todo el territorio nacional. Tanto ha crecido la mentira, que para muchas personas ya no haya otra realidad relevante que la que esos medios producen… Eso se llama “la mentira como herramienta de manipulación política”.

LA INEFICIENCIA

Está comprobado que el Gobierno nacionalizó varias empresas con fines políticos, sin contar con planes o proyectos orientados a la eficiencia y eficacia. Por lo tanto, estamos peor que antes. Por ejemplo, cuando el ciudadano solicita los servicios de YPFB, Entel, empresas de electricidad, BoA, etc., primero sufre y luego llora, porque los ejecutivos y funcionarios en su mayoría no tienen formación académica, por lo tanto son ineficientes, para trabajar en empresas de tal envergadura. De las actividades de estas empresas se hace propaganda mentirosa y costosa todos los días, hasta fatigar al pueblo.

Recordamos que en 10 años alrededor de 53 empresas fueron creadas por el Gobierno, como teleféricos, satélite, Papelbol, Azúcarbol, Lacteolbol, San Buenaventura, Acebo, EBA, Emapa, Planta industrializadora de coca, Recursos evaporíticos de Potosí… Hasta el momento se ha invertido 125 mil millones de dólares, que representa un promedio anual del 51% de los recursos del Estado para financiar Empresas Públicas Productivas (EPP). Realizando un estudio al 70% de estas empresas (enero de 2015), se ha demostrado ineficiencia, falta de transparencia en la información, se desconoce los costos de operaciones, no se sabe si están ganando o perdiendo, no hay una base de datos ordenada, inadecuada contratación de empleados. Jamás se hizo control social a esta empresas porque están ubicadas en lugares estratégicos para el Gobierno, como el Chapare, Pando, Potosí. El BCB sigue otorgando créditos a las empresas citadas, los Fondos de Reserva se están esfumando. ¿Qué más ineficiencia podemos pedir?

LA CORRUPCIÓN

¿Por qué nuestros gobernantes son corruptos?, porque les resulta gratis, no hay controles ni restricciones a sus acciones, no puede haberlas porque ellos poseen el Poder. La mejor solución es limitar la fuerza de los medios políticos, sean organizaciones sociales, sindicatos, organismos patronales, y obviamente el propio Gobierno. El mayor incentivo a la delincuencia y corrupción es la política embustera e ineficiente, especialmente con un Gobierno que se cree omnipotente.

Son pocos los políticos que se avergüencen, confiesen o pidan perdón cuando son señalados públicamente como corruptos. Un experto en el tema señala: “en la acción política no suele haber lugar para la vergüenza”. Con razón en nuestro país los gobernantes mentirosos, ineficientes y corruptos quieren eternizarse en el poder...

El autor es docente universitario.

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