Los líderes mundiales reunidos en la Asamblea General de la ONU interrumpieron con sus aplausos en más de 20 ocasiones el discurso del papa Francisco, que se convirtió ayer en el primer pontífice en inaugurar de forma simbólica el plenario del organismo multilateral.
Durante poco más de 45 minutos, Francisco abordó algunos de los problemas más acuciantes de la humanidad ante los líderes mundiales o sus representantes, que se reúnen en Nueva York para participar en la Asamblea General con mayor número de jefes de Estado y de gobierno en la historia.
En un discurso en que abordó la amenaza que supone el cambio climático y la degradación del medioambiente, Francisco también habló de la pobreza y la “cultura del descarte”, así como de la amenaza nuclear y hasta del narcotráfico y el terrorismo.