En torno a este problema, el Gobierno denunció en varias oportunidades el continuo atropello chileno contra el comercio exterior y el desarrollo de Bolivia.
La Cancillería expresó hace unos meses a un representante del Gobierno de Chile su más enérgico reclamo al “incumplimiento” del principio de libre tránsito, consagrado en el Tratado de 1904.
Bolivia cuestionó de manera constante el alcance de la obligación de Chile de otorgar almacenaje gratuito, se quejó de limitaciones a la autonomía aduanera boliviana en Arica y Antofagasta y reclamó por diversas tarifas relacionadas con actividades portuarias.
Según Bolivia, los plazos de almacenaje para la carga boliviana de importación por Arica y Antofagasta serían de un año de almacenaje y no un año y tres meses, como afirma Chile, y que en el caso de las mercancías de exportación, ese almacenaje sería de sesenta días, lo cual resultaría insuficiente.
En contrapartida, Chile dijo que ha cumplido rigurosamente no sólo lo que está establecido en el Tratado de 1904, sino que asegura que concedió facilidades mucho más allá de lo que está indica el tratado y que ciertamente es más de lo que tienen la inmensa mayoría de los países sin litoral.
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