Entre las “miríadas de ángeles” que pueblan los cielos y la clásica división que se suele establecer entre las órdenes celestiales, los arcángeles son los más próximos a los seres humanos y los más numerosos (el Talmud da la cifra de 301. 655. 172). Por tratarse de la mayor jerarquía con dones de mando sobre todos los demás ángeles, la etimología de la palabra alude a esa condición: del griego Arkhós: Jefe y Aggelos: Ángel.
Según el Libro de Tobías, los principales Arcángeles son siete: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Anael, Zacarías y Samael; mencionando algunos pasajes bíblicos algunos otros pocos nombres. Sin embargo, entre todas esas legiones angelicales, el Vaticano reconoce únicamente a tres por su nombre y virtudes: a Gabriel, Rafael y Miguel; ocupándonos en la oportunidad únicamente de este último por haber fijado el calendario litúrgico su festejo el día de hoy.
Su nombre en hebreo tiene el significado de “Quien como Dios”, por representar la mitad ternaria de la divinidad. Entre los cristianos, es el encargado de admitir en el Paraíso a las almas justas y rechazar a las injustas. Además de sus cualidades divinas específicas, desde inicios de la colonia en diversas latitudes del Nuevo Mundo se levantaron muchos templos en su honor, por haber sido declarado Santo.
Al atribuírsele haber comandado al inicio de los tiempos los ejércitos celestiales que expulsaron de los cielos a los ángeles rebeldes o “caídos”, se lo representa con coraza, casco, escudo y una espada flamígera en lo alto, pisando al dragón o víbora que representa a Luzbel o Satanás, por lo cual el vulgo lo llama “pisa diablos”. En el Apocalipsis es el ángel del Juicio Final, que baja a encerrar al demonio con las “llaves del abismo”, hecho que lo vincula a la figura de la Virgen María.
Esto debido a que, desde la óptica mística, la noción de la Virgen es anterior a la histórica referida a la Madre de Dios, cual se tratara de una mensajera cósmica que acompaña a la humanidad desde los más remotos tiempos, en preparación para la llegada del mensaje de redención universal que portaría el Mecías anunciado por las más antiguas civilizaciones de la humanidad; atribuyéndosele antes de oficiar de Madre de Jesús en encarnación terrena, haber sido en los cielos la “Reina de los ángeles” que comandara la lucha contra las fuerzas de la oscuridad, confiando el mando de sus ejércitos celestiales al arcángel Miguel.
También en la profecía contenida en el libro del Apocalipsis, se la identifica como “Lumen at revelation”, cuando al final de los tiempos se transfigura en la “Nueva Eva”, que redime del pecado original a la humanidad pisando la cabeza del dragón, circunstancia por la cual un Papa la nombra como la “Victoriosa en todas las batallas de Dios”.
Con cierta afinidad de interpretación, en la región del Titicaca San Miguel asume un rol similar al anterior, expulsando a los demonios que “tenían su asiento” en Copacabana (a decir del cronista Calancha), y en esta misma circunstancia aparece investido de “Patrono” de la antigua Villa de San Felipe de Austria, al bautizarse a la nueva ciudad como “San Miguel de Oruro” luego de erigírsele un templo en el entonces apartado sitio de “La Ranchería”.
En la actualidad, el Arcángel es la figura central dentro del famoso Carnaval de Oruro –Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad- que conduce a los ejércitos infernales a postrarse ante los pies de la Virgen de la Candelaria, la actual “patrona” de la capital folclórica de Bolivia”.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |