Aunque no dejó definitivamente el país, porque aún se encuentra de vacaciones, el embajador de Francia, Michel Pinard, junto a su familia, se despidió de sus innumerables amistades, en la recta final de su misión en Bolivia.
La cita fue en su residencia de La Florida, donde en emotivo discurso, el Jefe de la legación francesa dio lectura a un poema dedicado a Bolivia, de los muchos que escribió desde que llegó a nuestro país, y los plasmó incluso en un libro.
Los versos a los que ha denominado "Saliendo de Bolivia" fueron pronunciados con visible nostalgia, pero también con la satisfacción del deber cumplido, puesto que en tres años y ocho meses de estadía en Bolivia, el diplomático no dejó de trabajar por la integración de su país y el nuestro en una serie de reuniones de intercambio cultural, comercial y empresarial.
Fruto de ese trabajo, el Embajador recibió la máxima condecoración que otorga el Gobierno boliviano, el Cóndor de los Andes.