Bolivianos en la ONU

Al retornar nuestro Presidente Vitalicio se dirigió al Palacio de Gobierno y lo primero que preguntó al ingresar a su despacho fue si su reemplazante constitucional se había sentado en su silla presidencial o en su trono del cuarto de baño. Asegurándole los guardias que nadie había cometido tal sacrilegio, lo cual dejó tranquilo al mandatario.

Me cuenta mi reportera palaciega que a los pocos instantes del arribo presidencial al Palacio Real, una turba de ministros, viceministros, legisladores, “conalcanes” y “Bartolinas” apareció en el Palacio Real para abrazar y besar al recién llegado, diciéndole todos y cada uno de ellos que admiraban su oratoria y su valor para expresar en el pleno corazón de New York los fracasos del capitalismo y la malvada política del imperialismo. Agradeciendo Evo y devolviendo sus abrazos y besos.

La inteligente cochalita se aburrió de tanto “llunkerío”, dándose cuenta muy rápidamente de que en ese ambiente le sería imposible recoger una buena versión de lo que aconteció en New York, e inmediatamente se puso en contacto con nuestros amigos yatiris Caliman, Mandrake y Titirico que formaron parte de la delegación boliviana aunque con misiones diferentes; en efecto, encontró a los mencionados que le informaron acerca de los diferentes tres trabajos que cumplieron.

Calimán le contó que su tarea principal fue la de “embrujar” a la doctora Michelle Bachelet, Presidenta de Chile, no para inferirle daño alguno sino para inducirla a casarse nuevamente con algún apuesto galán y de esa manera ablandar su rígida posición contra las gestiones bolivianas de retornar al mar que nos arrebataron los chilenos en el año 1879.

Cuenta el yatiri Titirico que en ausencia de la doctora quemaron inciensos mezclados con otras plantas bolivianas en la alcoba donde reposaría en las noches y que esparcieron otros aromas perfumados que estaban destinados a ablandar su personalidad; esta operación de nuestros yatiris se cumplió durante todas las jornadas que cumplió la mencionada Presidenta de Chile, quien aspira a ser la primera mujer que ocupe el cargo de Secretaria General de las Naciones Unidas, secreto que le fue revelado a mi reportera cochabambina Macacha por mi amigo yatiri Calimán.

En cuanto al discurso ante la Asamblea General, pronunciado por nuestro sempiterno mandatario, los tres yatiris confesaron a mi comadre cochabambina nacida en Quillacollo que los tres lo escucharon con atención, cuál era su deber, pero que muchos delegados, sobre todo africanos y asiáticos, se durmieron. Perdiéndose deleitarse con sus ataques al capitalismo internacional y al imperialismo.

Después de conocer el interesante informe de nuestros amigos yatiris, nos fuimos a tomar unos tragos en un bar que se llama “Donde mueren los valientes”.