Antecedentes históricos del Litoral boliviano

Ciertas autoridades de Chile suponen que con falsear la verdad pueden eliminar la historia de Bolivia. Que digan que Chile no puede ceder ni un milímetro de su territorio, están en lo cierto. Pues, Bolivia nunca demandó que el país vecino le conceda espacio alguno de su territorio.

En realidad, Chile originalmente tuvo un territorio de dimensiones modestas, mucho menos de un millón de kilómetros cuadrados. Extendió su espacio geográfico ocupando arbitrariamente aquellos que no tenían aún propietarios, como lo hizo en la Antártida y apoderándose del Beagle, en el estrecho de Magallanes.

Su apetito territorial era insaciable. Por esta circunstancia invadió Bolivia, mediante una guerra de conquista, en 1879, y se apoderó de su departamento del Litoral, a través del cual tenía acceso al océano Pacífico, a lo largo de 400 kilómetros de costa.

TERRITORIO

En total, con la ocupación total de dicho departamento, Chile se apoderó de 120.000 kilómetros cuadrados de territorio boliviano.

La demanda del país es recuperar por lo menos una parte del territorio que le usurpó Chile, para volver a acceder al mar, lo cual no es lo mismo que decir que pretende quitarle algo de su territorio original a Chile.

Existen, además, testimonios incontrastables de que el departamento del Litoral pertenecía a la jurisdicción del territorio boliviano. Entre ellos, de extranjeros que vinieron al país.

Desde el nacimiento de Bolivia, en 1825, hasta el estallido de la Guerra del Pacífico, desatada por Chile contra Bolivia, en 1979, muchos franceses que ejercían la función de diplomáticos, exploradores y profesionales y científicos, entre otros, registraron en informes, memorias de viaje y dibujos su visión sobre las riquezas mineras y vegetales, así como la situación en que se encontraba el Litoral boliviano.

COSTA DEL LITORAL

Uno de esos pioneros fue Alcide d´Orbigny (1802-1857), que exploró el territorio de Bolivia entre 1847 a 1849; Leonel Marie Angrad (1808-1886), cónsul y encargado de negocios entre 1847 a 1849, describió a través de dibujos las ciudades localizadas en la costa del Litoral.

El coronel Felipe Bertrés, en el libro que escribió sobre su experiencia exploratoria, hace una descripción de la costa del mar correspondiente a Bolivia, de sus lagos y ríos navegables, con una estadística adicional; y expone con claridad la heredad patria del Litoral boliviano.

Muchos años después, en la década de 1870, llegó a Bolivia otro importante ingeniero, viajero y explorador francés, André Bresson.

PRIMERA EXPLORACIÓN

El escritor boliviano Manuel Frontaura Argandoña escribió que este personaje se constituyó en el país interesado, al parecer, en los jugosos negocios que entonces se hacía explorando proyectos ferroviarios y concesiones salitreras en el oeste, y de colonización. Era ingeniero y recorrió casi todo el territorio de Atacama antes de ingresar al interior de Bolivia.

Como huella de su paso y resultado de sus observaciones publicó en 1886 una obra titulada: "Sept annes déxploratios, de voyages et sujoures dans, Amerique Australe", con dibujos y varios mapas ilustrativos sobre este territorio boliviano.

SEGUNDA EXPLORACIÓN

En una nueva exploración que hizo al lugar en 1872, hizo la siguiente descripción de Antofagasta: "Es hoy el principal puerto de Bolivia. Acoge a más de 10.000 habitantes y posee una iglesia, una escuela, un hospital, un teatro, un circo y un club. Todos estos edificios, al igual que las casas son de madera o de calamina galvanizado; esto tal vez no sea muy arquitectónico, pero le da bastante buena apariencia, tratándose de una ciudad situada en la frontera de dos desiertos: ¡Las soledades oceánicas y las soledades terrestres".

PAISAJES ENCANTADOS

Al concluir la obra dice: “En ninguna parte del mundo la naturaleza ofrece espectáculos más imponentes. Ella ha reunida en Bolivia todo lo más sublime: montañas que ocultan sus cimas en los cielos, lagos parecidos a océanos de agua dulce, sonoras cataratas y ríos majestuosos que serpentean en las selvas frondosas; valles sombreados donde cada recodo conduce a nuevos lugares, cada vez más pintorescos, rocas inmensas; definitivamente, una región encantadora: ¡al oeste soledades de Salvator¡, y al este paisajes encantados de Claude 3”.

Como la mentira no puede modificar la historia de los pueblos, en esta página EL DIARIO reproduce los Antecedentes Históricos y la Pérdida del Litoral Boliviano, los cuales fueron consignados en El Libro del Mar, editado por la Cancillería del país, en 2014.