El mágico recorrido por las ruinas arqueológicas de Tiwanaku, sitio reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, se ve opacada por malas administraciones y la desconfianza de los pobladores, además de otros factores.
Cabe recordar que hace un par de años, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) criticó los problemas de gestión del principal sitio arqueológico de Bolivia, posteriormente se realizaron conversaciones y negociaciones con la Alcaldía del lugar, cuyos resultados están en espera.
Las ruinas están compuestas por siete construcciones arquitectónicas: Kalasasaya, Templete Semisubterráneo, Pirámide de Akapana, Portada del Sol y Puma Punku. Su cultura se refleja en la cerámica, con retratos tridimensionales de rostros humanos en vasijas, y sobre todo en las construcciones arquitectónicas, algunas de las cuales hoy forman parte de museos.
Como un ejemplo, la degradación del monolito Fraile es notoria, por lo cual gran parte de su iconografía se encuentra en peligro desaparecer debido al clima de la región.