La Organización de Naciones Unidas (ONU) cerró ayer el debate de alto nivel de la Asamblea General convencida de que, una vez más, se ha convertido en la principal tribuna para promover la paz, la seguridad, el desarrollo y la protección de los derechos humanos.
Una cumbre previa sobre el desarrollo, más de un millar de entrevistas bilaterales y decenas de reuniones en la sede de la ONU han convertido a Naciones Unidas en los últimos días en el epicentro de la diplomacia mundial.
Este año ha sido especial, ya que tanto la cumbre como el debate de la Asamblea General reunieron un número sin precedentes de jefes de Estado y de Gobierno, cerca de 150, y se contó, además, con el mensaje del papa Francisco, el pasado viernes. Asimismo, “reafirmaron el espíritu y los principios de la Carta de Naciones Unidas y su fe en el papel central de la ONU y en la cooperación internacional”.