Con el objetivo de realizar experimentos biológicos en el espacio para medir el envejecimiento en células de levadura, el investigador José Luis García Cordero, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Unidad Monterrey, junto a un equipo de científicos mexicanos, desarrolla un nanosatélite.
A través de un proyecto multidisciplinario en donde participan catedráticos del Cinvestav de Irapuato, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se desarrolla un nanosatélite que permitirá realizar experimentos de biología en el espacio.
La característica de este nanosatélite es utilizar una célula de levadura como organismo modelo para medir el envejecimiento en los seres humanos durante su estancia en viajes espaciales.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, García Cordero destacó que este experimento ya se realizó en la Tierra; sin embargo, ahora se pretende replicar en el espacio a través de un microlaboratorio totalmente automatizado.
El proyecto es desarrollado por un grupo de investigadores integrado por el doctor Alexander de Luna, investigador del Cinvestav de Irapuato; Saúl de la Rosa, investigador y catedrático de la UNAM; Alberto Cordero, investigador de la BUAP, además de un equipo formado por cuatro estudiantes de bioingeniería y biofísica del Cinvestav Monterrey.
«Queremos enviar un satélite del tamaño de una caja de zapatos al espacio, será un nanosatélite, y dentro de este nanosatélite hacer un microlaboratorio en donde se investiguen las causas del envejecimiento humano usando las células de levadura como organismo modelo», dijo García Cordero.
Debido a que en el Cinvestav de Irapuato ya se realizó un estudio similar, García Cordero decidió unir esfuerzos con otros científicos y comenzar a crear el nanosatélite.
“Esta idea nació debido a que el doctor Alexander de Luna, de Cinvestav Irapuato, me platicó que él hizo ese estudio en la Tierra manipulando genéticamente las células de levadura y encontró unos genes que considera están relacionados con las causas de la longevidad, por lo que decidimos experimentar juntos con los genes en la gravedad y condiciones del espacio, ya que yo desarrollo microchips y dentro del chip es donde se hará el microlaboratorio y estarán las células de levadura para realizar el estudio, por eso pensamos en realizar el estudio espacial”, argumentó García Cordero.
El especialista en bioingeniería, biofísica y en aplicaciones de la microfluídica al diagnóstico de enfermedades, comportamiento del sistema inmunológico y biología de sistemas asegura que con este estudio espacial hay una gran oportunidad de contribuir con la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) para asesorar y prevenir a los astronautas durante sus viajes.
El estudio en el espacio será únicamente por tres semanas en las que los mexicanos estarán monitoreando cada tres horas el desarrollo de las células, esto debido a que recibirán la información en tiempo real.
El investigador del Cinvestav —que pertenece al Instituto Politécnico Nacional (IPN)— destacó que el proyecto avanza gracias a los recursos internos que le son asignados a cada investigador por parte del Cinvestav, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). También los científicos recibieron recursos por parte de la Fundación Miguel Alemán, donde aplicaron para una convocatoria.
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