Marlene Dietrich

Ojos entrecerrados, mirada hechizante, pómulos de línea oriental, cabellos rubios, piernas perfectas, carácter temperamental y una voz un tanto ronca, fueron elementos que la diferenciaron de otras beldades de su época. Durante tres décadas la figura incomparable, arrebatadora de Marlene Dietrich supo cautivar con estos atributos los corazones de muchos admiradores, entre ellos personalidades como Ernest Hemingway, Premio Nobel, André Malraux, el Gral. Charles de Gaulle y los sentimientos de miles de admiradores anónimos. Es considerada como la novena mejor estrella femenina de todos los tiempos.

Marie Magdalene Losch nació en el distrito berlinés de Shöneberg, el 27 de diciembre de 1901, hija de Otto Dietrich un oficial de carrera en el ejército alemán y de la señora Felsing, hija a su vez de un joyero reputado de Alemania. Su pa-dre cayó en 1917 en el frente ruso y Marlene debió emplearse como violinista en una orquesta femenina, mientras pro-seguía sus estudios de arte dramático en la escuela de Max Reinhardt en 1921. Cambió de nombre según versiones: tomando un poquito de MARia y otro poquito de MagdaLENE, en cuanto al apellido, llevó el de su padre, desde entonces fue conocida como MARLENE DIETRICH.

Al abandonar la casa materna la vida se le hace cara y difícil, viste mal y su cuerpo robusto no le ayuda en nada, sus biógrafos insisten en que Dietrich trabaja como extra en varias películas y revistas musicales alemanas con relativo éxito.

Por entonces en el cine alemán brillaba la estrella Leni Riefenstahl. Marlene trabaja como extra en los estudios UFA, había cambiado su fisonomía, entonces es contratada para un papel en la película “Tragedias de amor”, conoce al pro-ductor y guionista Rudolf Sieber (1923-1976), con quien después contrae matrimonio en 1925, de esta unión nace su hija María Riva, había perdido 10 kg. y Marlene se ve espléndida

Camino al estrellato. En 1929, la rubia Marlene interpretaba un pequeño papel en una comedia musical cuando la vio el director Joseph von Sternberg, quien asistía al evento para observar el desem-peño de Hans Albers, joven galán a quien pensaba ofrecerle un papel estelar en su próxima película que se titularía “El Ángel Azul” (1930). Atraído por la figura de Marlene, sin pérdida de tiempo hizo que firmara contrato con el productor Erich Pommer. Al obtener el papel protagonista de esta película (sonora, la pri-mera) fue el inicio de una carrera fulgu-rante hacia la fama. El éxito alcanzado por “El Ángel Azul” hizo que tanto el director como la actriz fuesen contratados por la Paramount y viajaran a Hollywood donde realizarían una serie de films que cautivaron a los amantes del cine.

“Marruecos” (1930), es su primera película norteamericana junto a Gary Coo-per, impone a la vez, el uso de la ropa masculina, ya que en la vida real, la actriz acostumbraba llevar pantalones en eventos públicos, causando gran revuelo, por entonces una mujer no podía vestir prendas de hombres, no era bien visto.

Bajo la dirección de Sternberg, la actriz alemana, interpretó papeles estelares, tales como Capricho Imperial y Expreso de Shangai, en los cuales interpretó pa-peles de mujer fatal. En su séptima pelí-cula con Sternberg, Devil is a woman (El Diablo era mujer), película basada en un relato de Pierre Louis, Dietrich encarnó a una española, con múltiples tópicos que motivaron las protestas del gobierno en ese momento conservador de la enton-ces II República española por lo cual, la película fue prohibida en España.

Su ascenso a la fama también tuvo serios contrastes en los films “Desire” (Deseo) y en El Jardín de Allah la venta de las taquillas bajaron considerable-mente. Su rating también baja, le prome-ten roles estelares pero son cancelados a último momento, parece el fin, pero Marlene es obstinada y acepta esta si-tuación como una experiencia.

En 1938 le llegó una oferta de Adolfo Hitler con unas condiciones fabulosas pero la Dietrich se negó volver a su patria haciendo patente el rechazo a su política conocida como nazismo. Como respues-ta solicita la ciudadanía norteamericana.

Durante los años de la II Guerra Mun-dial se une con todo entusiasmo a la causa de los aliados, trasladándose en repetidas ocasiones al frente de batalla para levantar la moral de las tropas. Al finalizar la guerra, recibe honores como la Cruz de la Legión de Honor de manos del propio De Gaulle y la medalla a la libertad del Congreso Norteamericano por haberse negado a volver a la Alema-nia nazi, pese a todos los honores y fortuna ofrecidos.

Amplía su repertorio interpretativo en cintas muy valiosas como Arizona (1939) de George Marshall, Pánico en la escena (1950) de Alfred Hitchcock, Encubridora (1952) de Fritz Lang, Berlín Occidente y Testigo de cargo (1957), estas dos, bajo la dirección de Billy Wilder, así como en Sed de mal (Touch of evil) (1958) de Orson Welles y Vencedores o vencidos, rodada en 1961 por Stanley Kramer, sobre los Juicios de Nuremberg y otros films.

Cambia de escenario y se dedica al canto, según se dice su voz era magis-tral. Canta en Londres ante la familia real el tema Falling in Love Again, obteniendo enorme éxito. Se estrena como cantante en Las Vegas, con un sueldo de 30.000 dólares semanales. En 1954 canta en el Café de París y en otros escenarios in-ternacionales como gran actriz de ca-baret hasta la mitad de los años 60, la gente no se cansa de oírla y termina siempre aplaudida y ovacionada. Su ca-rrera en el mundo del espectáculo culmi-na en 1974, su esposo Rudolf Sieber fallece de cáncer el 24 de junio de 1976. Marlene mantuvo su vida personal alejada del públi-co, se dice que sostuvo relaciones amorosas con Sternberg, entre otros, y el gran amor de la actriz, pa-rece que fue el actor y hé-roe militar francés Jean Gabin.

Marlene falleció en París el 6 de mayo de 1992, a los 90 años. Su cuerpo cubier-to con una bandera de los Estados Unidos fue envia-do a Berlín donde fue ente-rrado en el cementerio mu-nicipal de Berlín-Schöne- berg, su lugar de nacimien-to. Entre sus últimas pala-bras que dijo a su muy cer-cano amigo, fueron: “Lo quisimos todo, y lo conse-guimos, ¿no es verdad?”