Nuestra democracia es única

Como habitualmente sucede, me encontraba meditando en mi cuarto de baño o “retrete”, como le llaman los cholos vulgares, cuando mi teléfono celular me avisó de una llamada urgente que rompió mi ejercicio reflexivo.

Era la voz y el tono de mi tía Clothilde Quiroga viuda de Von Karajan, residente en Berlín, capital de la República Federal de Alemania.

Naturalmente, me preguntó qué estaba haciendo yo en ese momento, contestándole cortésmente que me hallaba meditando acerca de mi pobreza y el futuro de nuestro pueblo.

Mi tía cochabambina y germánica comenzó diciéndome que vio en la televisión europea a nuestro presidente Evo Morales dirigiéndose al mundo, con motivo de la Asamblea de las Naciones Unidas y que ella y muchos alemanes admiraron el coraje de Evo arremetiendo contra el malvado capitalismo y el imperialismo norteamericano.

Respondí a mi tía Clothilde que yo también escuché esa pieza oratoria en la que nuestro Presidente Vitalicio le dijo “samba canuta” al régimen norteamericano, interrumpiéndome mi tía para preguntarme extrañada qué era eso de “presidente vitalicio”.

Le expliqué con palabras sencillas los diez años que Evo gobierna Bolivia y cómo sus partidarios trabajan para gobernar hasta el año 2025 y tal vez algo más.

Mi tía Clothilde se horrorizó ante tal perspectiva y no pudo evitar su asombro al señalarme su terrible comparación con los regímenes dictatoriales que aparecieron en Europa el siglo pasado, fundados en la fuerza de la raza.

Humildemente tuve que aceptar esa comparación, aunque admití la participación en la política gubernamental de ingredientes socialistas y comunistas encabezados por el segundo hombre del régimen, el vicepresidente García Linera.

Mi tía cochabambina-germana no pudo evitar un grito de consternación ante ese mar de confusión ideológica, donde seremos convocados a votar para decidir una enmienda a la Constitución que permitirá la continuidad de este gobierno por muchos años más.

Mi tía Clothilde lanzó unos lagrimones ante esta confusión que nos envuelve a todos, advirtiendo a mi pariente alemana y cochabambina que la situación boliviana es muy difícil de entender, aunque debo reconocer que hay muchos hombres y mujeres resueltos a dar otro paso adelante, convencidos de que la democracia boliviana no tiene similitud con ninguna porque se trata de “un typical país”, donde moramos diez millones de bolivianos plurinacionales y sobre todo folclóricos.

Mi tía Clothilde me mandó besos, me prometió unos marcos alemanes para sobrevivir durante la crisis que ya comenzó y que pretende ser disimulada con un segundo aguinaldo.