El reloj marca las 08.30, la sala de espera del Hospital Obrero se encuentra abarrotada de pacientes que esperan desde la madrugada ser atendidos por su especialista que aún no llegó al consultorio. Personal de bajo rango que escucha los reclamos de los pacientes afirman que mucho se debe a la falta de espacio y personal médico.
Una gran parte de las personas que se encuentran en esta sala son de la tercera edad, algunos de ellos pudieron llegar apenas, a pesar de la dolencia que padecen. Esa es una realidad que se puede apreciar todas las mañanas en el Hospital Obrero, ubicado en la zona de Miraflores de la ciudad de La Paz.
Otro tanto de los asegurados, que precisan atención especializada, son vecinos de El Alto, que en muchos de los casos tienen que hacer un largo viaje para recibir el “famoso” ibuprofeno, cuando uno está resfriado un antigripal.
La impaciencia en varias de las personas resalta cuando hallan a una de las enfermeras a quien le preguntan la hora en que serán atendidos.
En medio de la espera se escuchan comentarios sobre las horas que deben permanecer en ese lugar hasta escuchar su turno. Llega hasta el oído cómo una señora para un análisis de traumatología tuvo que esperar hasta tres meses para que le den cita. Entretanto se ve a las enfermeras recorrer de un lado a otro trasladando historias médicas de los pacientes que deben ser atendidos.
Todo esto ocurre mientras los gritos de dolor de una paciente se oyen más fuertes. Lamentablemente nadie le hace caso. Las miradas se cruzan de impotencia y sus familiares afligidos corren hasta la ventanilla de archivo y piden que se la atienda. Una enfermera llega hasta el lugar y sugiere a los familiares que sea llevada a la Unidad de Emergencias. Ahí se escucha un comentario “entonces esperan que estemos por morir para que nos den bola”.
En un barrido por ese ambiente, se puede observar los consultorios donde los médicos que llegan sobre la hora se hacen esperar casi media hora para iniciar su trabajo.
Empieza la mención de los nombres, de las personas que deben ser atendidas, una a una van ingresando en los pequeños consultorios donde deben recibir instrucción sobre el procedimiento que deben seguir a fin de recuperar su salud.
Estos ambientes, además de ser pequeños, no son suficientes para mucha gente que precisa de atención especializada.
Hay otros casos en que los médicos titulares salen de vacaciones y dejan colgados a sus pacientes por más de 45 días, en algunos casos, hasta su retorno para ser atendidos.
Por otra parte, hay que soportar el carácter de algunas enfermeras que ni responden al saludo y, por el contrario, pareciera que no tienen “corazón y buen trato a las personas”. Ahí se escuchó el comentario de un familiar que propuso que la “señora” se jubile y deje de tratar mal a los pacientes.
La verdad es que por más mejoras, colocado de focos y le pongan una nueva capa de pintura, el principal hospital del Estado seguirá en esas condiciones, porque, en criterio una mayoría, quedó pequeño y no abastece a la demanda de los asegurados; si este nosocomio se encuentra en estas condiciones ni qué decir de los Policlínicos como el 9 de Abril, Manko Kapac o el Central que se encuentra en la plaza Murillo.
EMERGENCIAS
En este mismo centro de salud, una realidad no muy diferente es la que se observa en la Unidad de Emergencias recientemente remodelada; cuenta con camas modernas, pero no suficientes para acoger a la cantidad de personas que llegar hasta ahí padeciendo de graves males. Algunos casos que merecen de internación inmediata; pero para eso hay que tener suerte porque en el mejor de los casos uno tiene que esperar hasta un día en esa sala para que le designen una cama.
En este sector, los trabajadores de salud están ocupados y caminando por los pasillos de la planta baja de manera apresurada.
Ahí es otro desafío para los pacientes, contener la desesperación y contar con la suficiente paciencia para ser atendidos; en algunos casos desde que uno ingresa a veces tiene que esperar hasta una hora para que lo auxilien. Así relató Belinda C., de 45 años, que llegó hasta ese lugar padeciendo de vesícula y aseguró que esperó 12 horas para que la atiendan.
VERSIÓN OFICIAL
Ante este panorama, el director del Hospital Obrero, Carlos Guachalla, admitió, en una entrevista que concedió a Oxígeno, la dura realidad que se vive en ese nosocomio de la Caja Nacional de Salud (CNS). Expresó su preocupación al mencionar que ese centro de salud de tercer nivel fue construido para internar a 300 pacientes, para una población de 425 mil asegurados en 1948. Sin embargo, la Caja Nacional de Salud cuenta con 2 millones de asegurados, por lo que en los últimos años se tuvo que aumentar hasta 540 camas.
“Tenemos dificultades por el espacio, la infraestructura ya no da más. El hospital ya está en su nivel máximo de atención”, remarcó.
Las cifras del hospital Obrero son enormes. Cada año, cuando menos 30 mil personas son atendidos en Consulta Externa; el dato se dispara a 72.600 cuando se refiere a la medicina interna.
Además, se ralizan 8.500 cirugías anualmente; pero, para esa cantidad sólo existen 131 médicos especialistas, quienes permanecen frecuentemente ocupados.
Remarcó que la falta de recursos humanos es otra gran deficiencia que presenta el Hospital Obrero, porque no existe el número adecuado de profesionales en las 17 especialidades que se ofrece, para una atención adecuada de pacientes asegurados. Por ello, se contrató el servicio de nosocomios privados.
AMPLIACIÓN
Lejos quedó la idea de construir un nuevo Hospital Obrero, este iba a estar en la misma zona e incluso se presentó la maqueta; pero hasta la fecha no hay nada y los pacientes constantemente reclaman que mejore la atención y se amplíe la infraestructura.
En una publicación del 11 de noviembre de 2013, se da a conocer que la CNS tenía guardado 3.509 millones de bolivianos (504 millones de dólares) en cajas y bancos, dinero que en su momento se dijo iba a ser invertido en la construcción de nuevos hospitales a nivel nacional.
El último anuncio de las autoridades de Gobierno es la construcción, hasta 2020, de 46 nuevos hospitales, 31 serán de segundo nivel, 11 de tercer nivel y cuatro hospitales de cuarto nivel.
La inversión de la construcción de los 31 hospitales de segundo nivel será de 415 millones de dólares, para los 11 hospitales de tercer nivel se invertirá 609 millones de dólares y para los hospitales de cuarto nivel se necesitarán 600 millones de dólares.
60 AÑOS DE SERVICIO
- El Hospital de Obrero de la ciudad de La Paz fue inaugurado oficialmente el 31 de octubre de 1955. Su impulsor de la construcción del Hospital Obrero, durante 1948, fue el expresidente Enrique Hertzog.
- Jacobo Abularach fue el primer director del nosocomio, junto a 23 estudiantes de la facultad de Medicina (de la Universidad mayor de San Andrés) abrió las puertas para la atención médica de la población paceña asegurada. Este galeno brindó su servicio al Hospital Obrero por más de 43 años.
- A pesar de las mejoras y ampliaciones, la población que puede ser atendida bordea los 500 asegurados; sin embargo, la demanda es mayor cada día por el crecimiento vegetativo y tecnológico.
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