Mucho se ha dicho últimamente sobre la “necesidad de que el empresariado privado se aboque a crear empleo”; pero la sugerencia o pedidos se los hace sin tomar en cuenta que eso no es posible unilateralmente por parte de los empresarios porque se trata de una labor en la que tiene que haber condiciones precisas para ello.
En primer lugar, es necesario crear fuentes de riqueza nuevas, fortalecer a las empresas existentes, dar garantías y condiciones para un efectivo y productivo crecimiento mediante una mayor producción; bajar intereses bancarios que son altos y comprometen seriamente la economía de los empresarios; combatir al contrabando; impedir la coacción que sufren algunos empresarios con el caso de impuestos no pagados o que no son debidamente liquidados; reabrir las fuentes de trabajo -textiles entre ellas- que han sido cerradas o suspendido operaciones así sea momentáneamente; evitar incrementos excesivos de sueldos y salarios y que éstos, de producirse, sean en base a la situación real de cada empresa; suprimir la obligación del doble aguinaldo que incrementa seriamente las obligaciones empresariales y que, más temprano que tarde, debilitan excesivamente la solidez de las empresas y, en casos, las coloca al borde de la quiebra.
Exigir que los empresarios creen empleo, es justo y debería ser el cauce por el cual no crezcan los índices de desempleo; pero si hay condiciones, si éstas son favorables para el crecimiento empresarial y para una producción efectiva, rentable y con mercados seguros; pero, ¿es posible todo ello estando en plena vigencia el contrabando? ¿Es posible ello con un dólar barato que ingresa mercadería al país y que se vende cara en algunos casos, pero que, de todos modos, perjudica a muchas empresas por la competencia?
Crear empleo está sujeto al crecimiento empresarial; pero, si hay empresas que sólo tienen funcionando el 30 o 40% de sus instalaciones o, en casos, requieren renovación de maquinaria y no lo hacen porque no pueden producir más y menos alcanzar altos niveles de ingresos como para renovar su equipamiento y colocarse en mejores condiciones y así crear riqueza y generar empleo. Cuántas empresas, aunque requieren aumentar personal, se ven constreñidas a trabajar en familia y con personal muy limitado, ¿qué se puede y debe hacer en estas circunstancias negativas?
El Gobierno tiene razón en la urgencia y necesidad de crear empleo; pero, habría que preguntar ¿y cómo vamos por casa..? Las empresas estatales también podrían crear empleo; pero las limitaciones que tienen ¿les permite hacerlo? En caso de ampliar sus instalaciones y el ámbito de necesidad de más mano de obra o contratación de profesionales, seguramente lo harán; pero, ¿hasta qué punto es posible todo ello? ¿Podrían las empresas extranjeras que explotan el gas aumentar sus planillas con más personal? Las respuestas siempre son las mismas: ello sería posible si las condiciones anotadas se cumplen; de otro modo, imposible. El Gobierno tendrá que estudiar el problema con mucho detenimiento antes de pedir “milagros” que, sin aptitudes propicias, no son posibles.
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