Reorganización de la Policía, ¿cuándo?

Desde hace mucho tiempo se habla de la “necesidad urgente de reestructurar o reorganizar la Policía”. Es el Ministerio de Gobierno el que ha sostenido que hay estudios en proceso para hacer cambios que permitan contar con una Policía totalmente reorganizada y acorde con sistemas modernos, con personal de oficiales y tropa que estén debidamente compenetrados de sus deberes y que impriman a todos sus actos alta moralidad y cumplimiento de las leyes.

Todos fueron enunciados y buenas intenciones; pero de realidades nada en absoluto, porque la sociedad tiene serias quejas en contra de oficiales y tropa que cometen muchos actos ajenos a su misión, que se involucran en acciones contrarias a las leyes y no faltan casos en los que miembros de la entidad han cometido crímenes y violaciones. Efectivamente, no son todos los autores de los hechos denunciados, son, en todo caso, excepciones notables que han sido puestos en conocimiento de las autoridades del Gobierno y de la colectividad.

Es innegable, por otra parte, que los escasos haberes que perciben los policías -especialmente la clase tropa- no les alcanza ni para lo más urgente para atención de sus familias; es cierto, por otra parte, que no cuentan ni con vituallas, armas ni enseres que precisan para el cumplimiento de sus obligaciones; tienen viáticos muy pobres cuando están en comisión y deben viajar a sitios distantes a los de su domicilio. Es evidente que especialmente los carabineros que conforman la tropa no gozan de los beneficios que tienen los oficiales y están totalmente desprotegidos; es cierto que deben pasar muchas horas sufriendo por frío y excesivos calores para el cumplimiento de las misiones encomendadas y hasta en horarios extras de los normales; en fin, hay muchas deficiencias que es preciso corregir.

Lamentablemente, todos los casos denunciados comprometen seriamente el prestigio de la institución, especialmente cuando son oficiales de alta graduación que se ven comprometidos hasta en delitos de narcotráfico que no siempre son enjuiciados y sometidos a los rigores que establecen las leyes, salvo casos en que han intervenido autoridades de otros países (caso EEUU) porque esos policías han violado leyes sustantivas de ese país.

Es importante y necesario que la policía sea reorganizada y reestructurada en su totalidad y, entretanto, encomendar a fracciones de las fuerzas armadas la vigilancia y cuidado de la población porque los criminales cometen tropelías y crímenes de toda laya. Si las autoridades quieren realmente que la Policía sea una entidad limpia y cumplidora de sus deberes y obligaciones, una institución que sea confiable para la colectividad y que combata efectivamente toda actividad delictiva, debe procederse a su reorganización; de otro modo, tan solo con promesas o anuncios, seguirá por los mismos caminos que hasta ahora ha recorrido.

Son los propios integrantes de la institución -los no contaminados- los que deberían exigir la reorganización total si no quieren continuar sufriendo por la desconfianza y susceptibilidades de la sociedad que se encuentra muchas veces indefensa ante la ola de asaltos, crímenes, etc., etc.