El caso de la producción de coca excedentaria, que sólo sirve para la fabricación de pasta base y cocaína cristalizada en beneficio e interés del narcotráfico, tiene muchas aristas que dan lugar a resquemores y preocupaciones de la colectividad nacional y foránea. En los últimos tiempos, se presentaron posiciones que señalan la “necesidad de que los productores de coca tributen”, es decir que paguen impuestos como cualquier actividad productiva o generadora de servicios; pero…
Si bien es evidente que toda persona que percibe ingresos por cualquier trabajo o producción o generación de riqueza, debe pagar los impuestos respectivos de acuerdo con las disposiciones legales, el caso de la producción de coca ilegal resulta complicado porque, de pagar impuestos, la contrapartida moral sería legalizar esa producción excedentaria que sirve para producir droga.
Por principio legal y moral, se entiende que toda generación de dinero debe pagar impuestos en los montos y tiempos fijados por las leyes; esto implica que también los contrabandistas o, mejor dicho, la economía ilegal debería tributar; los “lavadores” del dinero procedente de la comercialización de las drogas, deberían tributar y, así, también la corrupción, si fuese declarada, debería tributar. De hacerse efectivo todo ello, sería convenir en que todo es legal o sea habría que legalizar todo ese universo de ilegalidades.
Quienes produzcan coca excedentaria -en cantidades mayores a las fijadas por la Ley 1008 para atender necesidades tradicionales- tendrían que declarar el total de lo producido y, además, someterse a los controles y verificaciones consiguientes. ¿Aceptarán estos procedimientos los productores de la coca ilegal? Por supuesto, hay exigencias de muchos productores para “pagar impuestos” y hay que convenir en que parte de ellos son legales y parte no lo son; pero, ¿cómo se establece quién es quién?
El problema es crucial, es de difícil solución; pero, ¿qué se hace para evitar que la coca excedentaria siga alimentando al narcotráfico? La respuesta sería categórica y terminante: aplicar medidas drásticas no solamente contra el narcotráfico sino contra todos los productores y proveedores de materia prima como es la coca ilegal, los precursores, los medios de que se nutren los laboratorios, donde se industrializa la coca para convertirla en droga, etc., etc.
No correspondería, pues, que los productores de coca ilegal tributen o, si lo hacen quienes no están en el rubro de lo ilegal, ¿quién determinaría quienes están en el campo de la legalidad y quienes no? No cabe, pues, ninguna medida más que ejercitar controles para incautar toda la producción ilegal, exigiendo y cumpliendo que sólo circule y sea vendida la coca fijada, en sus montos y condiciones, por la Ley 1008; de otro modo, será imposible evitar que la coca -sobrantes de la legal y la ilegal- siga siendo parte sustantiva de la producción de droga que es letal para la humanidad.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |