II
El dinero produce dinero, por ello es que los inversionistas noruegos son accionistas de la mayoría de las compañías europeas, en distintas porcentualidades de acciones.
Los políticos entendieron, en Noruega, en Emiratos Árabes Unidos y en Arabia, por citar ejemplos, que se debe ahorrar y se debe edificar un Fondo que invierta en otros rubros; de manera de dejar de ser petróleo/gas/dependientes. Eso aún no comprende Latinoamérica que sigue gastando a mano llena el dinero del petróleo y gas.
Estos fondos soberanos operan de forma distinta a los conocidos “fondos de pensiones”, son verdaderas entidades nacionales con presencia internacional, teniendo sus sedes en principales ciudades económicas del primer mundo.
La Comisión Europea da el marco legal e institucional indicando que “los fondos soberanos de inversión son vehículos de inversión de propiedad estatal que controlan una cartera de activos financieros nacionales e internacionales”.
Para el éxito de estos fondos es importante, sin embargo, que se cumplan algunas “reglas”: a) acumulación de una porción de los ingresos (en este caso de la venta de petróleo o gas); b) reglas específicas de retiro: de manera que los gobiernos no podrán retirar el dinero de ese fondo, por ejemplo, para gasto corriente; y c) el dinero debe estar exclusivamente destinado a inversiones, de preferencia en mercados externos que reditúen mayor rentabilidad.
Como ejemplo latinoamericano está el Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo normado y bajo dirección del Estado mexicano y con el objetivo de gerenciar y administrar la riqueza generada, una porción de la venta de petróleo que se estableció como producto de la reforma energética de 2014.
Me imagino un Fondo de Inversiones Boliviano manejando/administrando un 75% de las actuales RIN (reserva internacional neta), que al 10 de marzo 2015 estaban en 14.935,9 millones de dólares, de acuerdo con el BCB, cifra bastante módica si se compara contra los 600-800 mil millones de dólares que el reino de Arabia tiene ahorrados y en inversiones, producto de la venta de petróleo. Ese 75% sería exclusivamente para invertir en desarrollo inmobiliario, compra de puertos, construcción de plantas de petróleo, gas, construcción de represas, compañías constructoras, industria tecnológica, industria médica y otros portafolios en Europa, Estados Unidos y Medio Oriente. De manera que –estudios financieros de por medio- estaríamos diversificando nuestros ingresos y dando la posibilidad a Bolivia de tener un Fondo como el noruego o el emiratí, guardando proporciones y distancias, pero nos aseguraría menos gasto corriente, menos despilfarro y mayor creatividad para próximas generaciones.
El autor es consultor del sector privado, sigue sus análisis en Twitter: @bguzqueda
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