BM y FMI coinciden: crisis no es temporal, será larga

Economistas del Fondo Monetario Internacional han expresado, con mucha claridad, que la actual crisis económica no es momentánea; por el contrario, tendrá mucha duración; en los conceptos generales coincide con estudios del Banco Mundial que manifiestan claramente la necesidad de medidas coyunturales que deben adoptar los países para hacer frente a la crisis.

El FMI indica: “la desaceleración mundial no es un mero fenómeno cíclico, tiene también un componente estructural. La inversión y por consiguiente el producto potencial tiende a crecer a un ritmo más lento en los países exportadores durante las caídas de precio de las materias primas”. En su criterio, las perspectivas de mejorar los precios de las materias primas son débiles y “pueden restar casi un punto porcentual anual a la tasa de crecimiento”. Señala también que en los países exportadores de energía (petróleo, gas y otros) la incidencia negativa será mayor o, más/menos, 2¼ puntos porcentuales del PIB en promedio, debido a una marcada caída de los precios del petróleo en el transcurso del último año.

Señala que estos fenómenos deberían tener la contrapartida en materia de políticas e ir más allá de la toma de medidas en la parte de la demanda y debería incluirse reformas estructurales. Como los precios mundiales de las materias primas han disminuido significativamente en los últimos años y el crecimiento del producto se ha desacelerado en las economías emergentes y en desarrollo, señala el estudio: “La respuesta adecuada en materia de políticas depende no sólo del grado de desaceleración del crecimiento, sino también de si las fluctuaciones del producto relacionadas con los precios de las materias primas son en esencia estructurales o cíclicas”. También advierte el documento que la flexibilidad del tipo de cambio -que ha aumentado en los países exportadores de materias primas durante la última década- puede ayudar a atenuar el impacto del descenso de precios. Señala el estudio que “la disminución de los ingresos provenientes de las materias primas y el menor crecimiento potencial limitan el margen disponible para contrarrestar la desaceleración con la política fiscal”.

Frente a una crisis que se prolongará aún por mucho tiempo, corresponden medidas estructurales de alcance; pero, en todo caso, en los países subdesarrollados y más pobres -caso del nuestro- los requerimientos de medidas son mayores y, entre ellas, están las políticas de austeridad que se adopte, la promoción de una mayor producción de alimentos y de artículos de uso y consumo, la no contratación de personal que, en casos es supernumerario; evitar cargas a la actividad privada -caso del doble aguinaldo o aumentos salariales incompatibles con la realidad de las posibilidades- que encarezcan el costo de vida y provoquen mayor pobreza. Es, pues, el Gobierno, al margen de creencias optimistas que están alejadas de la realidad, quien debe adoptar las medidas más positivas con miras a disminuir los impactos que aún pueda generar la crisis.