Don Pedro de La Gasca, gobernador-presidente del Virreinato del Perú tras pacificar a los españoles -pizarristas y almagristas- ordenó con gran entusiasmo la fundación de una ciudad como símbolo de paz entre los discordes.
El comisionado para hacer realidad este proyecto fue uno de sus más audaces y valientes colaboradores, el capitán Alonso de Mendoza, quien organizó de inmediato una expedición que salió del Perú con rumbo al sur y tras una agobiante marcha llegó hasta el poblado indígena de Laja, donde fundó la ciudad, un 20 de octubre de 1548. La ciudad debía llevar la denominación de “Nuestra Señora de La Paz” y que tuviese “mayor número de buenas costumbres que de leyes”.