Quinn Duane lo tenía todo listo para celebrar su boda. Un vestido, flores, invitaciones y un banquete de 35.000 dólares en el Citizen Hotel, un lujoso hotel de Sacramento (EEUU). Sin embargo, cinco días antes de la ceremonia le faltó lo más importante de todo. Su prometido le comunicó que tenía dudas respecto al compromiso y se echó atrás. Quinn quedó destrozada. Pero en lugar de desperdiciar todo lo que habían pagado, decidió convertir el contratiempo en un acto de generosidad y celebrar el banquete a pesar de todo. Así que en lugar de familiares y amigos, invitó a familias pobres y sin techo a la comida.
BRILLANTE IDEA
La madre de Quinn, Kari Duanne, fue quien tuvo la idea de aprovechar la fatalidad para ayudar a gente más desfavorecida. “Se me rompió el corazón y sentí mucha angustia por mi hija, pero me dije que tenía que sacar algo bueno de todo esto”, explicó a los medios. Kari, de 57 años, afirma que reunir a la familia en un acto de generosidad como el de convertir el banquete de boda en una celebración solidaria en tan solo cinco días les ayudó a superar el trance.
Finalmente, después de colgar un anuncio, acudieron noventa personas sin recursos al restaurante, a las que sirvieron platos de ensalada, salmón, bistec y gnocchi. Rashad Abdullah, que acudió al restaurante junto a su esposa y sus cinco hijos, definió la comida como “una bendición”. La joven que iba a casarse, Quinn, no tuvo fuerzas para acudir al banquete solidario en el que se había convertido su boda. Aun así, su madre ha explicado que harán juntas el viaje a Belice que ya tenían contratado para su luna de miel. (La Vanguardia)