74% de menores recluidos está con detención preventiva

El viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales del Ministerio de Justicia, Diego Jiménez, informó ayer que el 74 por ciento, de unos 800 adolescentes recluidos, se encuentra con detención preventiva en los centros de rehabilitación para menores, debido a la retardación de los procesos causado por los operadores de justicia.

La autoridad aseguró que la recarga procesal para los fiscales llega a unos 700 casos por cada uno, es el motivo de la retardación.

Sin embargo, sostuvo que los centros de rehabilitación de Qalauma en La Paz y Centro Nueva Vida Santa Cruz (Cenvicruz) reúnen las condiciones para los 800 adolescentes que en la actualidad se encuentran internados. Además, mencionó que el Ministerio de Justicia piensa consolidar el sistema penal de menores, para evitar los contratiempos que reúnen los centros de privación de libertad convencionales.

CÓDIGO

La autoridad recordó que en el Código Niño, Niña y Adolescente está incorporado el Sistema Penal para Adolescentes, que tipifica sentencias de un a seis años con privación de libertad, además de rehabilitación incorporada.

Dependiendo del grado de delito, el juez dispondrá qué tipo de trabajo realizará en el centro de rehabilitación y de esa manera lograr la reinserción social, afirmó. Para los jóvenes que están relacionados con asesinatos (delito grave) se establece que estos deben recibir tratamiento psicológico, para establecer el problema de conducta y la sanción de privación de libertad que debe disponer el juez de la causa.

CASOS CRÍTICOS

En caso de que el infractor haya cometido una falta grave (asesinato, violación a menores y otros) que tiene una pena de hasta seis años, este debe recibir un tratamiento psicológico clínico para determinar la causa del delito infringido.

Los recursos para cumplir con este proceso deben están a cargo de las nueve Gobernaciones del país, cumpliendo la disposición del Código Niños, Niña Adolescente.

En la oportunidad, Jiménez presentó el documento sobre el Tratamiento Penal para Adolescentes, plasmado en el libro Agua que labra la piedra 1, que contiene testimonios de jóvenes que se rehabilitaron y entendieron que la delincuencia no tiene futuro.