Devaluar… ¿sí o no?

Muchos economistas han opinado y escrito a favor o en contra de la necesidad de devaluar la moneda nacional, sobre lo cual pude entablar esta sabrosa conversación con un gran economista, de alumno a Profesor:

“¿Qué hacer frente a la crecida de las importaciones legales -o no- de bienes agropecuarios, agroindustriales, forestales y manufactureros, producto de la depreciación de las monedas, con un Brasil en recesión -casi seguro por dos años más- lo que arrastrará a la Argentina y otros países?”.

“Por ahora no se debe devaluar. Una pequeña modificación cambiaria no resolvería el problema y una gran devaluación es inviable. Bolivia al ser un país no industrial es dependiente de las importaciones y me preocuparía que se las prohibiera con el argumento de proteger lo nacional, porque de ahí al control cambiario se estaría muy cerca y ¡sería catastrófico!”

“Pero esto está llevando a la desindustrialización de lo poco que teníamos: pasamos de ser exportadores a ser importadores de textiles y de maderas trabajadas. ¡Ni qué decir de los calzados y otros más sofisticados! ¿Qué decirles a los que son avasallados en el mercado interno con precios artificialmente bajos derivados de la devaluación de las monedas? Recuerdo que una vez el entonces Ministro Horst Grebe les dijo a los productores agropecuarios cruceños que la mejor forma de combatir el contrabando era ser competitivos… ¡casi se lo comen crudo! Lo tomaron como una ofensa dada la escala productiva de Brasil y Argentina y su alta productividad gracias al uso de una mejor tecnología y condiciones objetivas que lamentablemente no se dan aquí. ¿Cómo ser competitivos -además- frente al delito del contrabando?”.

“Más que un problema, el contrabando es una solución para los pobres, claro que también hay los no pobres”.

“¿Pero no plantea eso un problema moral? El comercio informal o el narcotráfico y otras actividades reñidas con la ley ¿no serían también una solución entonces? Un producto de contrabando no solo elude el IVA y aranceles sino también controles sanitarios y de calidad. De otra parte ¿qué hacer con quienes dentro de la legalidad arriesgaron, invirtieron, produjeron para abastecer el mercado interno y enfrentan una desigual competencia?”.

“La solución estaría en eliminar el IVA en frontera y todos los aranceles. El reto para el futuro -para el largo plazo- es construir una economía libre y competitiva de mercado, no sólo en Bolivia sino en el mundo, reducir al máximo el papel del Estado y bajar los impuestos”.

El autor es Economista y Magíster en Comercio Internacional

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