El 31 de octubre se celebra Halloween o Noche de Brujas. La costumbre es de disfrazarse, pedir caramelo y asustar a tus amigos o familiares. También es un día perfecto para contar historias de fantasmas o celebrar con una fiesta de disfraces. Lo cierto es que Halloween se viene realizando desde hace más de 2.000 años en los antiguos pueblos celtas, ellos habitaban las zonas de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Ellos escogieron el 31 de octubre para realizar el festival de Samhain -significa el final del verano- que celebraba el final de las cosechas y que se consideraba el Año Nuevo Celta.
Los celtas creían que en esta noche de Samhain (hoy conocido como Halloween), los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales. Ellos creían que las leyes del espacio y de tiempo se detenían esa noche y que los espíritus podían poseer a los vivos. Y como los vivos no querían ser poseídos, cada noche del 31 de octubre la gente hacía todo lo posible para espantar a los espíritus: apagaban el fuego para que las casas estuvieran frías y nadie quisiera entrar a ellas; se vestían con trajes macabros y tenebrosos y se paseaban por todo el vecindario comportándose de forma temible, para asustar a los espíritus, según Kindsein.com.
En la época de 1840, emigrantes irlandeses empezaron a escapar del hambre que vivían en su país y llegaron a América con su tradición Samhain y por eso hoy se celebra Halloween en varios países de América.
Por otro lado, el 31 de octubre es una fecha asociada con los muertos, las brujas, las almas en pena y los hechizos. Esto se debe a su cercanía con el día de los difuntos, que se conmemora el 1 de noviembre en la mayoría de los países latinoamericanos en medio de costumbres muy parecidas en toda la región. (ahoramismo.com)