El vodka salvó a dos niños de una muerte inminente

Dos niños salvaron sus vidas después de beber dosis de vodka para contrarrestar el anticongelante para vehículos que tomaron sin darse cuenta, ocasionando susto y temor en sus padres. La atención médica se les prestó en la Unidad de Terapia intensiva del Hospital Materno Infantil, informó la Caja Nacional de Salud (CNS).

El coordinador de esa Unidad, doctor Pablo Mattos, recordó que con el mismo recurso improvisado salvaron la vida a dos hermanos que, como en el caso de ayer, tomaron igualmente anticongelante de auto, por accidente, hecho ocurrido hace un año. El galeno afirmó que el plantel de médicos pasó por momentos difíciles en la atención de estos dos casos.

Una familia decidió realizar un día de campo. La madre, con los habituales preparativos del caso, el padre revisando el estado del vehículo familiar, para no tener contratiempos en el trayecto. Los dos hijos, curiosos, observaban lo que hacía su papá, quien entre otras cosas, tenía un anticongelante, que seguramente, por su color, era atractivo para los niños. Bastó un descuido para que estos se lo tomaran como si fuera refresco. Los padres ni se imaginaron semejante travesura.

BEBIERON

ANTICONGELANTE

Los anticongelante para vehículos son tóxicos –se refirió– al estar producidos sobre la base de un compuesto químico llamado etilenglicol. Generalmente, su acción no se manifiesta de forma inmediata, sino después de unas 8 o 10 horas posteriores a su ingesta.

Los niños jugaron y se divirtieron de forma normal en el día de campo. Empero, después de unas horas, presentaron los primeros síntomas de malestar. Al jugar sintieron una falla muscular, tenían dificultades para caminar y empezaron a tener problemas sensoriales.

Casi al anochecer, los padres los llevaron a emergencias del Hospital Materno Infantil. El doctor Mattos explicó que una intoxicación, después de diez horas, confunde a la parte médica. Los padres, ante este panorama y sin saber lo que pasó, entraron en desesperación. Según el galeno, si alguien toma algo indebido la reacción se manifiesta en una media hora, máximo una, pero el anticongelante no tiene esas características.

EN TERAPIA INTENSIVA

Los médicos de terapia intensiva del hospital empezaron a investigar, el padre volvió a casa para buscar algún elemento que pudiera ayudar a detectar la causa del grave malestar que tenían los niños; de esta manera, encontró que el anticongelante estaba casi vacío. Con la certeza que lo habían ingerido los niños retornó al nosocomio para dar a conocer a los médicos. En emergencias del Materno Infantil no tenían a mano los antídotos para este tipo de intoxicación.

En estas circunstancias y ante la pérdida de tiempo, las posibilidades de vida de los niños eran menores al 50%. Uno de los tratamientos posibles era la hemodiálisis para cambiar la sangre y eliminar las toxinas. Pero, conseguir una máquina de hemodiálisis en la madrugada no es tarea fácil, además que las condiciones de los niños no permitían un traslado, porque entraron en coma, por lo cual respiraban mediante máquinas especiales y les suministraron medicamentos que no podían ser interrumpidos.

VODKA FUE

LA SOLUCIÓN

Ante este cuadro, otra posibilidad era contrarrestar la intoxicación por medio de etanol, para lograr que se fije en algunas enzimas hepáticas, evitar que el tóxico se establezca en el organismo y eliminarlo por vía urinaria. La estrategia estaba planteada. Pero se presentó otro problema: en el hospital no se contaba con etanol para ser utilizado en un tratamiento médico.

La única alternativa era usar Vodka, bebida alcohólica que tiene un alto contenido de etanol. El papá quedó sorprendido cuando se le mandó a comprar un vodka. Se le explicó todos los pormenores del procedimiento e inmediatamente la botella estaba lista para que los niños reciban la bebida por bomba y jeringas automatizadas. El suministro fue por vía oral en forma continua y específica por kilo-peso. Mientras el vodka luchaba con el tóxico, los médicos hicieron todo para evitar daños mayores a los niños.

Este tratamiento se realizó por casi 24 horas. Después de las 72 horas en terapia intensiva, se los sacó del coma y los hermanitos despertaron lentamente para ser trasladados a salas. El seguimiento a la salud de ambos duró un mes. Uno de los niños quedó con una pequeña secuela renal, pero sin mayores complicaciones.