Javier Rodríguez Albuquerque
Una de mis preocupaciones es el escaso sentido crítico con el que la sociedad elige a sus representantes y la educación que nos facilita el sistema tiene mucho que ver con ello. Yo no sé si es por interés, por incompetencia o por las dos cosas, pero nuestro sistema educativo está muy lejos de lograr individuos “independientes y críticos”
La cosa es que finalizados los exámenes de mi hija escribió esto para soltar su frustración y su rabia: “Salir de un examen, pararte y pensar, ¿qué he hecho? Es una de las preguntas que más me suelo hacer, sobre todo cuando me ha salido mal.
En época de exámenes todo parece negro, pero ¿nunca han pensado qué importancia tienen un examen o los estudios? Muchos diran, “Son muy importantes porque si no sacas buenas notas o no tienes estudios, ¿qué vas a hacer en un futuro, o en la vida?”. Muchas cosas. Se puede hacer muchas cosas, y los malos resultados en los exámenes no nos deberían desmoralizar o desmotivar para hacerlas.
No nos equivoquemos, decidir no estudiar no significa sentarse en el sofá sin hacer nada todo el día, me refiero a trabajar duro para conseguir otros objetivos. Algunas personas creen que una persona sin estudios no puede llegar lejos, y eso no es verdad, el trabajo duro y la motivación, son las claves para el éxito, con estudios o sin ellos.
Me dirijo en especial a la gente a la que no se le da bien hacer exámenes, como a mí. Esto no es ni bueno ni malo, hay personas que tienen el don de hablar, a otros se les dan mejor las matemáticas, o la fotografía, natación, escribir libros, dibujar… hay millones de cosas que podemos hacer, y algunas se nos darán mejor que otras. Pero cuando se trata de exámenes no pasa lo mismo. Si apruebas eres brillante, pero si suspendes, un fracasado, o al menos eso es lo que nos hacen sentir.
Está claro que mientras sigamos estudiando en el instituto, universidad, o donde sea, “debemos” superar las pruebas establecidas, puesto que la enseñanza actual es así (digo actual, pero estoy estudiando la misma carrera en la misma universidad en que estudió mi padre hace 35 años y el modelo educativo no ha cambiado nada. Eso sí es un fracaso). Un día le dije a mi padre, “Tengo la sensación que no estoy aprendiendo nada en la carrera”, a lo cual me contestó, “Garazi, cuando salí de la carrera me pregunté, ¿qué sé hacer?” su contestación fue la misma: “nada”. Había estudiado mil cosas pero no sabía aplicar ninguna. ¿Eso es lo que nos intentan enseñar? Si ese es su objetivo lo están haciendo genial, pero están consiguiendo que muchos jóvenes se sientan frustrados porque estudian y no obtienen los resultados que merecen, sólo porque somos evaluados todos por igual, y creo que está bastante claro que todos no somos iguales.
Esta educación sólo nos enseña a sentarnos ante de una mesa (ni siquiera nos enseñan a sentarnos correctamente) para ponernos a estudiar toda la materia con el fin de aprobar un examen, que muchas veces, al cabo de una semana has olvidado. Me temo que lo que están consiguiendo es matar la creatividad. Por eso, reconfortan las palabras de Albert Einstein “La educación es lo que permanece después de que uno haya olvidado lo que ha aprendido en el colegio”.
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